Apolíneo y dionisiaco son dos términos cultos que definen realidades opuestas
Apolíneo es un adjetivo que aplicamos a una persona, a un varón, que posee perfección corporal y también al individuo tranquilo y sereno, según define la Real Academia Española. En contraposición dionisiaca es una persona impulsiva, instintiva, orgiástica.
Con un significado filosófico y cultural más especializado, diremos que son dos términos acuñados por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), inspirados en la mitología griega y utilizados por él para exponer su personal concepción estética y referirse a dos actitudes opuestas ante la vida.
Apolíneo (derivado de Apolo, dios griego de la razón, de la inteligencia y de la luz) se refiere a lo que de luminoso, racional, equilibrado, contenido, sometido a norma e individual tienen los hechos culturales humanos.
Dionisiaco (derivado de Dionisos, dios griego de la Naturaleza, de la vida y del vino) se refiere a lo instintivo e irracional, a la afirmación del deseo de vivir sin restricciones, a lo que de colectivo hay en los hechos culturales humanos.