Resulta muy difícil luchar contra los rumores, especialmente si son maledicentes. Así es hoy en día , pero también en la Antigüedad. Comentaremos un caso que por afectar a Julio César recogieron los historiadores y las crónicas antiguas.

Julio César obtuvo el premio de cuatro triunfos militares por sus campañas en Europa, Asia y Africa. Los celebró de manera grandiosa en el intervalo de  12 días, del 21 de septiembre al 2 de octubre del año 46 a.C.. En el desfile triunfal, en el que el general recorre las calles de Roma ataviado como el dios Júpiter, sus soldados se permiten algunas licencias porque ese día la disciplina está un tanto relajada.
César tenía fama de gran mujeriego y por eso sus legionarios le cantan en el desfile, según cuenta Suetonio en César, 51,1:

Que no respetó tampoco los matrimonios  en las provincias, se testimonia en el dístico (dos versos) que a coro le cantan sus soldados por su triunfo en la Galia:

“Ciudadanos, guardad vuestras esposas, traemos a un calvo adúltero.
Te has jodido en la Galia el oro que aquí tomaste prestado”.

Ne prouincialibus quidem matrimoniis abstinuisse uel hoc disticho apparet iactato aeque a militibus per Gallicum triumphum:
               urbani, seruate uxores: moechum caluom adducimus.
              aurum in Gallia effutuisti, hic sumpsisti mutuum.

Pero sobre César existía otro rumor más antiguo.  En el año 80 a.C., siendo, pues, muy joven estuvo en la corte del rey Nicomedes en Bitinia. Se decía que sucumbió a los encantos o a la presión del rey, que impresionado por su belleza le invitó a sus habitaciones y participó en un banquete como su copero. El rumor se extendió rápidamente cuando volvió pocos días después a Bitinia, según él para exigir un dinero debido. En el contexto del mundo antiguo, sobre todo en Oriente, estas prácticas son perfectamente creíbles. En  Roma en cambio la homosexualidad pasiva estaba mal considerada.

Suetonio hace referencia a esto en varios pasajes de su vida de César, especialmente en el capítulo 49. Quizás resulte la cita un poco larga, pero es un buen exponente del cotilleo histórico que parece gustar a los contemporáneos del historiador:

Nada excepto  su intimidad con Nicomedes manchó su reputación, con grave y permanente vergüenza y expuesto a la injuria de todos. Omito los conocidísmos versos de Licinio Calvo:
                    “Todo lo que Bitinia y el amante de Cesar tuvieron alguna vez”
Paso por alto los discursos de Dolabela y de Curión, el padre, en los que Dolabela le llama
“rival de la reina” , “sofá de la litera real” y Curión “prostíbulo de Nicomedes y lupanar de Bitinia”.
Paso también por alto los edictos de Bíbulo, en los que presentó a su colega como “reina de Bitinia” y dice que “antes amaba a un rey pero ahora a un reino”. En ese mismo tiempo, como cuenta Marco Bruto, un tal Octavio, que podía decir lo que quisiera por su enfermedad mental, llamó  en una numerosa asambea a Pompeyo rey y a él mismo (César) le llamó reina. Pero C. Memio le reprocha que sirvió incluso como copero de Nicomedes, con otros jóvenes licenciosos en una gran banqueteen el que se sentaban también algunos negociadores de la ciudad (
Roma) de los que da los nombres. Cicerón, por su parte, no se contentó con escribir en sus cartas que conducido  a la habitación real por unos guardias se acostó en un lecho de oro con una colcha de púrpura  y que fue despojado de la flor de la edad (
virginidad) en Bitinia por un descendiente de Venus; un día que defendía (César) en el senado la causa de Nysa, la hija de Nicomedes y recordab los favores del rey para con él, le dijo (Cicerón): “te ruego que omitas esas cosas, porque es bien conocido lo que él te dio a ti y lo que tú le diste a él”. Finalmente durante el triunfo por las victorias en la Galia sus soldados, entre otras canciones, le cantaron jocosamente como hacen al acompañar su carro, esta canción tan conocida:

César subyugó a las Galias; Nicomedes  a César.
Aquí tenéis triunfando a César que sometió a las Galias,
pero no triunfa Nicomedes, que sometió a César.

Pudicitiae eius famam nihil quidem praeter Nicomedis contubernium laesit, graui tamen et perenni obprobrio et ad omnium conuicia exposito. omitto Calui Licini notissimos uersus:
               Bithynia quicquid    et pedicator Caesaris umquam habuit.
praetereo actiones Dolabellae et Curionis patris, in quibus eum Dolabella 'paelicem reginae, spondam interiorem regiae lecticae,' at Curio 'stabulum Nicomedis et Bithynicum fornicem' dicunt. missa etiam facio edicta Bibuli, quibus proscripsit collegam suum Bithynicam reginam, eique antea regem fuisse cordi, nunc esse regnum. quo tempore, ut Marcus Brutus refert, Octauius etiam quidam ualitudine mentis liberius dicax conuentu maximo, cum Pompeium regem appellasset, ipsum reginam salutauit. sed C. Memmius etiam ad cyathum + et ui + Nicomedi stetisse obicit, cum reliquis exoletis, pleno conuiuio, accubantibus nonnullis urbicis negotiatoribus, quorum refert nomina. Cicero uero non contentus in quibusdam epistulis scripsisse a satellitibus eum in cubiculum regium eductum in aureo lecto ueste purpurea decubuisse floremque aetatis a Venere orti in Bithynia contaminatum, quondam etiam in senatu defendenti ei Nysae causam, filiae Nicomedis, beneficiaque regis in se commemoranti: 'remoue,' inquit, 'istaec, oro te, quando notum est, et quid ille tibi et quid illi tute dederis.' Gallico denique triumpho milites eius inter cetera carmina, qualia currum prosequentes ioculariter canunt, etiam illud uulgatissimum pronuntiauerunt:
Gallias Caesar subegit, Nicomedes Caesarem:
ecce Caesar nunc triumphat qui subegit Gallias,
Nicomedes non triumphat qui subegit Caesarem.

El mismo Suetonio en Vida de Julio César, 52,3 continúa ahora citando otr vez a Curión, padre:

Para que no cupiera a nadie la duda de que estaba cubierto de infamia de impudicia y adulterio, Curión padre, le llama en un discurso “marido de todas las mujeres y mujer de todos los maridos.

at ne cui dubium omnino sit et impudicitiae et adulteriorum flagrasse infamia, Curio pater quadam eum oratione omnium mulierum uirum et omnium uirorum mulierem appellat.

Parece que en alguna ocasión se tomó estos comentarios con cierto sentido del humor, si hemos de creer lo que el mismo Suetonio nos dice en el capítulo 22,2 cuando al jactarse de sus completas victorias en la Galia, le comentó un senador que eso no sería fácil para una mujer; César le respondió bromeando que :

en Siria también reinó Semíramis y las Amazonas en otro tiempo habían dominado gran parte de Asia”.

in Suria quoque regnasse Sameramin magnamque Asiae partem Amazonas tenuisse quondam.

Pero en general estos comentarios referidos al asunto de Nicomedes molestaban  enormemente a César y lo sacaban de sus casillas y   cometió el “error” de negarlo jurando públicamente que no era cierto, ampliando con ello el bulo y haciendo el ridículo. Nos lo cuenta  Dion Casio en Historia Romana, 43, 20,4

En cuanto a él, César no estaba enfadado por sus palabras sino encantado por la franqueza que utilizaban y que era una prueba de confianza de que no sirritaría excepto si las bromas se referían  a su relación con Nicomedes. En este asunto se mostraba muy irritado y dolorido y por ello trató de defenderse y negó el asunto públicamente bajo juramento y con ello no hizo sino aumentar el ridículo.

Con su intento de explicación en realidad le dio más publicidad al asunto. Y así sigue hasta hoy. ¿O es que no nos sigue rondando la duda de que realmente el gran César, cuando no era tan grande , fuera realmente el amante del rey de Bitinia?

Resulta muy difícil desmentir los rumores

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