De los hombres famosos se suelen contar sus grandes acciones, sus guerras, sus conquistas, sus leyes, pero no suelen ofrecerse detalles aparentemente menos importantes. De Augusto conocemos, gracias al historiador Suetonio, (nació 56 años después de la muerte del emperador) que recoge numerosos datos, rumores y anécdotas , algunos de estos detalles referidos a su manera de hablar, que lo hacen más cercano y atractivo.

Augusto cuidó la lengua  y procuró  siempre una expresión claramente inteligible, no exenta de chispa y gracia.  Le gustó estudiar y leer desde la infancia. Siempre preparaba sus discursos, que  escribía y leía para no cometer errores. Utilizaba permanentemente notas auxiliares. Se ejercitaba en la declamación.

Escribió algunas obras en prosa y en verso. Intentó escribir una tragedia pero la borró descontento del resultado. Evitaba las fórmulas hechas, vacías, arcaicas. Siempre buscó la claridad, utilizando en su sintaxis preposiciones innecesarias según la gramática y procurando hablar sin oscuridad. Utilizó algunas expresiones peculiares y graciosas, algunos términos personales.

Fue un transgresor de la ortografía establecida pensando que “se ha de escribir como se habla”. Como todo romano culto, era muy aficionado a los autores griegos, pero no llegó a hablar esta lengua con espontaneidad o soltura.

Entre sus “manías” personales en este campo de las letras, encuentro una menor, pero que no deja de ser curiosa: cuando escribía no separaba las palabras y al acabar una línea no pasaba algunas letras al principio de la siguiente, sino que las escribía bajo la misma palabra, envolviéndolas con un trazo. Esta solución ha perdurado hasta la actualidad en algunas obras impresas con moderna tipografía y, por supuesto, fue muy utilizada en el Renacimiento. Debían ver esta solución los propios romanos con cierta extrañeza cuando Suetonio lo recoge como algo excepcional.

En fin, aunque los textos puedan parecer un poco largos, nada como ellos para transmitir con fuerza los hechos de la historia. Aconsejo leer íntegro el texto de Suetonio de la Vida de Augusto, no excesivamente largo. Mientras tanto extracto o reproduzco algunos capítulos de “La vida de Augusto” de Suetonio:

LXXXIV

Cultivó la elocuencia y los estudios liberales desde su primera infancia con afición y con todo esfuerzo. Se dice que durante la guerra de Módena, en medio de tanto esfuerzo, no sólo leía sino que también escribía y declamaba todos los días, pues en lo sucesivo nunca más habló en el senado ni ante el pueblo ni a sus soldados sino con un discurso meditado y preparado, aunque no estaba falto de capacidad de improvisar en momentos inesperados.

Y para no caer en el peligro de olvidar o consumir el tiempo aprendiendo, decidió leer todos sus discursos. También las conversaciones con los particulares e incluso los temas importantes con su Livia (su esposa) los tenía escritos en un cuadernillo, para no decir por la precipitación del tiempo ni más ni menos (de lo debido).

Pronunciaba con cierto timbre de voz dulce y personal y se esforzaba asiduamente con un maestro de declamación. Aunque algunas veces, teniendo la garganta inflamada, se dirigió al pueblo mediante la voz de un pregonero. 

LXXXV

Escribió en prosa varias obras de diferentes tipos…
…..
Pues comenzó con mucho entusiasmo una tragedia, pero la abandonó porque no le salía bien lo escrito y cuando sus amigos le preguntaron qué hacía su Ayax, les respondió que su “Ayax se había caído sobre una esponja”. 
(1)

LXXXVI:

Practicó un estilo de elocuencia elegante y simple, evitando las estupideces de las frases hechas, la afectación y, como él mismo decía, “los malos olores de las palabras arcaicas”.
Puso especial cuidado en expresar su pensamiento lo más claramente posible. Para conseguirlo más fácilmente y para que de ninguna manera el lector o el oyente fuera obstaculizado o dificultado, no dudó en añadir preposiciones a los nombres de ciudad (2) ni reiterar muchas veces las conjunciones, que omitidas añaden cierta oscuridad aunque añadan algún atractivo.

Despreció con igual disgusto a los ridículos afectados y a los arcaizantes, como dos males de diverso tipo, y algunas veces los atacaba; en primer lugar a su amigo Mecenas, cuyos “rizos perfumados”, como decía, persigue continuamente y de quien se ríe imitándole en broma. Pero no perdonó ni a Tiberio,  de vez en cuando a la caza de palabras en desuso y oscuras. Reprocha incluso a Marco Antonio como insensato, porque escribe cosas más para que los hombres le admiren que para que le entiendan….
….
Y en una carta a su nieta Agripina, felicitándola por su inteligencia, le dice: “Pero es necesario que te esfuerces por escribir y hablar sin afectación”.

LXXXVII

Sus propias cartas autógrafas muestras que en su conversación cotidiana empleaba frecuente y curiosamente ciertas expresiones, como cuando al querer expresar que algunos no pagarían sus deudas nunca, decía que “las pagarán para las calendas griegas” (3); y cuando anima a soportar las cosas actuales, sean las que sean dice “contentémonos con este Catón” (4); y para expresar la velocidad de una cosa rápida decía “más rápido de lo que se cuecen los espárragos".

Generalmente pone “baceolum” (bobo) en vez de “stultum” (tonto) y “pulleiaceus” (negruzco) en vez de “pullus” (negro)…. Asimismo “simus” por “sumus”…

En su manera de escribir a mano noté sobre todo esto:  no separa las palabras, ni desde la parte final de un verso  pasa algunas letras al principio de la siguiente, sino que las escribe inmediatamente debajo de la misma palabra, envolviéndola con un trazo.

LXXXVIII 

No respeta  en absoluto la ortografía, esto es, el arte y la norma correcta de escribir fijadas por los gramáticos, y  parece más bien que sigue por ello la opinión de los que creen que se ha de escribir como se habla. A menudo cambia o se salta no sólo letras sino incluso sílabas, lo que es una falta frecuente de los hombres. Y yo no lo señalaría, si no me hubiese parecido curioso lo que dicen algunos: que hizo sustituir a un legado consular por vulgar e ignorante porque se dio cuenta que  había escrito con su mano ixi por ipsi. Siempre que escribía en clave, colocaba B en vez de A, C en vez de B,  y así en lo sucesivo en este mismo orden  las letras siguientes; en lugar de  X,  ponía una doble A.

LXXXIX

Ciertamente no tenía menos afición a los estudios griegos, en los que ciertamente verdaderamente, pues se había servido  como maestro de elocuencia de Apolodoro de Pérgamo, al que ya  de avanzada edad se lo llevó consigo de la ciudad (Roma) a Apolonia, cuando era joven. Luego se llenó de múltiples conocimientos con el contacto con el filósofo Arco y con sus hijos Dionisio y Nicanor. Sin embargo no llegó a hablar  o a escribir algo con soltura (en griego). Pues si lo exigían las circunstancias,  lo creaba en latín y se lo daba a otro para  que lo tradujese. No obstante conocía bastante bien la poesía, …

Fomentó de todas maneras las inteligencias de su época. Escuchó con benevolencia y paciencia a los que recitaban no sólo poemas y obras de historia, sino también discursos y diálogos. Sin embargo le molestaba que se escribiese algo sobre él si no era en serio y por autores muy importantes,  y advertía a los pretores a que no permitiese que su nombre fuera pateado en los concursos literarios.

Notas:

(1) Nota: quiere decir que los había borrado
(2) Nota: contra la norma gramatical
(3) En el calendario griego no existen las calendas (se llamaba así al día primero de cada mes), por lo que “ad kalendas graecas” equivale a nunca.
(4) Como Catón está muerto, contentémonos con la virtud de los hombres actuales

84  Eloquentiam studiaque liberalia ab aetate prima et cupide et laboriosissime exercuit. Mutinensi bello in tanta mole rerum et legisse et scripsisse et declamasse cotidie traditur. nam deinceps neque in senatu neque apud populum neque apud milites locutus est umquam nisi meditata et composita oratione, quamuis non deficeretur ad subita extemporali facultate.

 ac ne periculum memoriae adiret aut in ediscendo tempus absumeret, instituit recitare omnia. sermones quoque cum singulis atque etiam cum Liuia sua grauiores non nisi scriptos et e libello habebat, ne plus minusue loqueretur ex tempore. pronuntiabat dulci et proprio quodam oris sono dabatque assidue phonasco operam; sed nonnumquam infirmatis faucibus praeconis uoce ad populum contionatus est.

85  Multa uarii generis prosa oratione composuit, …
nam tragoediam magno impetu exorsus, non succedenti stilo, aboleuit quaerentibusque amicis, quidnam Aiax ageret, respondit Aiacem suum in spongiam incubuisse.

86 Genus eloquendi secutus est elegans et temperatum uitatis sententiarum ineptiis atque concinnitate et 'reconditorum uerborum,' ut ipse dicit, 'fetoribus'; praecipuamque curam duxit sensum animi quam apertissime exprimere. quod quo facilius efficeret aut necubi lectorem uel auditorem obturbaret ac moraretur, neque praepositiones urbibus addere neque coniunctiones saepius iterare dubitauit, quae detractae afferunt aliquid obscuritatis, etsi gratiam augent.

cacozelos et antiquarios, ut diuerso genere uitiosos, pari fastidio spreuit exagitabatque nonnumquam; in primis Maecenatem suum, cuius 'myrobrechis,' ut ait, 'cincinnos' usque quaque persequitur et imitando per iocum irridet. sed nec Tiberio parcit et exoletas interdum et reconditas uoces aucupanti. M. quidem Antonium ut insanum increpat, quasi ea scribentem, quae mirentur potius homines quam intellegant; …
…..
et quadam epistula Agrippinae neptis ingenium conlaudans: 'sed opus est,' inquit, 'dare te operam, ne moleste scribas et loquaris.'

87 Cotidiano sermone quaedam frequentius et notabiliter usurpasse eum, litterae ipsius autographae ostentant, in quibus identidem, cum aliquos numquam soluturos significare uult, 'ad K(a)l(endas) Graecas soluturos' ait; et cum hortatur ferenda esse praesentia, qualiacumque sint: 'contenti simus hoc Catone'; et ad exprimendam festinatae rei uelocitatem: 'celerius quam asparagi cocuntur.'

 ponit assidue et pro stulto 'baceolum apud pullum pulleiaceum' et pro cerrito 'uacerrosum' et 'uapide' se habere pro male et 'betizare' pro languere, quod uulgo 'lachanizare' dicitur; item 'simus' pro sumus et 'domos' genetiuo casu singulari pro domuos. nec umquam aliter haec duo, ne quis mendam magis quam consuetudinem putet.

Notaui et in chirographo eius illa praecipue: non diuidit uerba nec ab extrema parte uersuum abundantis litteras in alterum transfert, sed ibidem statim subicit circumducitque
88 orthographiam, id est formulam rationemque scribendi a grammaticis institutam, non adeo custodiit ac uidetur eorum potius sequi opinionem, qui perinde scribendum ac loquamur existiment. nam quod saepe non litteras modo sed syllabas aut permutat aut praeterit, communis hominum error est. nec ego id notarem, nisi mihi mirum uideretur tradidisse aliquos, legato eum consulari successorem dedisse ut rudi et indocto, cuius manu 'ixi' pro ipsi scriptum animaduerterit. quotiens autem per notas scribit, B pro A, C pro B ac deinceps eadem ratione sequentis litteras ponit; pro X autem duplex A.

89  Ne Graecarum quidem disciplinarum leuiore studio tenebatur. in quibus et ipsis praestabat largiter magistro dicendi usus Apollodoro Pergameno, quem iam grandem natu Apolloniam quoque secum ab urbe iuuenis adhuc eduxerat, deinde eruditione etiam uaria repletus sper Arei philosophi filiorumque eius Dionysi et Nicanoris contubernium; non tamen ut aut loqueretur expedite aut componere aliquid auderet; nam et si quid res exigeret, Latine formabat uertendumque alii dabat. sed plane poematum quoque non imperitus, delectabatur etiam comoedia ueteri et saepe eam exhibuit spectaculis publicis

 In euoluendis utriusque linguae auctoribus nihil aeque sectabatur, quam praecepta et exempla publice uel priuatim salubria, eaque ad uerbum excerpta aut ad domesticos aut ad exercituum prouinciarumque rectores aut ad urbis magistratus plerumque mittebat, prout quique monitione indigerent. etiam libros totos et senatui recitauit et populo notos per edictum saepe fecit, ut orationes Q. Metelli 'de prole augenda' et Rutili 'de modo aedificiorum,' quo magis persuaderet utramque rem non a se primo animaduersam, sed antiquis iam tunc curae fuisse

Ingenia saeculi sui omnibus modis fouit. recitantis et benigne et patienter audiit, nec tantum carmina et historias, sed et orationes et dialogos. componi tamen aliquid de se nisi et serio et a praestantissimis offendebatur, admonebatque praetores ne paterentur nomen suum commissionibus obsolefieri

Hasta aquí los textos que reflejan la educación, el buen gusto literario y algunas peculiaridades del, en su momento,  hombre más poderoso del universo. Son precisamente estos detalles nimios los que le hacen más interesante y cercano.
 

La lengua es una, el habla es varia: algunas peculiaridades del habla de Octavio Augusto.

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