Demetrio el Cínico y su relación con los emperadores Calígula, Claudio, Nerón, Vespasiano, Tito y ¿Domiciano? (Intelectuales frente al poder IV)

Uno de los muchos intelectuales que sufrió las iras del poder fue Demetrio de Corinto (ca.7/10 d.C. –ca.90), prestigioso intelectual y filósofo cínico griego que vivió una larga vida de 80 años en época imperial romana llena de sinsabores. De él se conservan muchas ideas citadas por numerosos autores y tuvo una notable influencia en muchos romanos, como Séneca.

Todos los caminos conducen a Roma(Omnes viae Romam ducunt)

Hoy no, pero hace dos mil años ciertamente todos los caminos conducían a Roma, que era la capital de un enorme imperio. Más de 380 vías principales o calzadas con más de 80.000 kms., permitían a sus legiones, a sus funcionarios, a sus ciudadanos salir y acudir con facilidad a la capital, Roma. Es curioso constatar cómo la dirección de todas las carreteras marcaba Roma como destino final, como si de los rayos o radios de una enorme circunferencia se tratara. Se extienden desde las Columnas de Hércules en Hispania o el “muro de Adriano” en Escocia hasta el Éufrates en Mesopotamia, del norte de Alemania hasta el desierto norteafricano.

La muerte de Sócrates: su último día de vida.

Un día del año 399 a.C. a la caída de la tarde, tras la puesta del sol, apuraba Sócrates, el más sabio y mejor de los hombres, el vaso de cicuta (una planta bien frecuente en nuestro entorno geográfico) que le produciría la muerte, en presencia de sus amigos íntimos que asisten desolados a la entereza moral con que afronta la sentencia. Tenía Sócrates 70 o 71 años. Una sentencia injusta, consecuencia de las infames denuncias oportunistas de tres ciudadanos envidiosos y resentidos con el maestro, formuladas en un ambiente general propicio para ello al que la actitud orgullosa del propio Sócrates contribuyó,acabó con la vida del maestro y le concedió una fama imperecedera que de ninguna forma pudieron sospechar sus coetáneos.

¿Por qué condenaron a Sócrates a la muerte?

La pregunta ha sido muchas veces formulada. Platón en su “Apología o Defensa de Sócrates” y en algunos diálogos y Jenofonte en su “Defensa de Sócrates”, nos dan información suficiente de cómo se fue generando el ambiente negativo para condenar al más sabio y justo de los hombres por la denuncia aparentemente inconsistente de tres compatriotas mediocres y envidiosos.
Y es justamente esta insuficiencia e injusticia la que mantiene siempre vivo el interés por comprender la contradicción de que la primera democracia de la Historia condenara injustamente al más sabio y justo de los hombres, que acepta con entereza la pena de muerte.Ahora bien, como norma general, no puede interpretarse el pasado con los valores sociales del momento actual.

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