La tiranía niega la libertad,a veces incluso en nombre de la propia libertad.

Pocas palabras tienen un significado más peyorativo que los  términos “tiranía y tirano” . La palabra deriva del latín tyrannus, y este del gr. τύραννος.  La Real Academia   Española lo define como:

“  persona que obtiene contra derecho el gobierno de un Estado, especialmente si lo rige sin justicia y a medida de su voluntad” ; y también: “ persona que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, y también simplemente del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario”.

Pero estos son significados actuales que no coinciden  exactamente con el significado de la primitiva palabra griega. En la larga historia de Grecia hubo un momento en que las primitivas estructuras monárquicas van desapareciendo a tenor de los cambios sociales y económicos de las ciudades. En esa evolución la creación más notable fue la “democracia” o gobierno del pueblo, término que proviene de los griegos δῆμος, (demos = pueblo)  y κράτος (krátos = poder). La Atenas del siglo V antes de Cristo es el mejor modelo de “democracia” antigua.

En ocasiones, cuando la antigua realeza va desapareciendo,  surge entre las propias familias aristocráticas un individuo que se hace con el poder personal y favorece las modificaciones sociales que se están produciendo, dando la libertad al pueblo.

Pero también en las luchas de las clases populares con las aristocráticas fueron frecuentes, a partir del siglo VI, revueltas en las que un individuo, con frecuencia apoyado en el pueblo o en el ejército, se adueñaba del poder y establecía un régimen de gobierno personal y absoluto. Muchos de estos “tiranos” fueron queridos por los ciudadanos por su buena política en beneficio de las clases populares y no exclusivamente de las aristocráticas.

Tucídides es sin duda el historiador antiguo más moderno por su sentido crítico y su compromiso con la narración de la verdad comprobada, con la objetividad.  A propósito de la tiranía, nos dice que antes hubo la realeza y que la tiranía es fruto del desarrollo del poder y riqueza de las ciudades griegas al dominar los mares y crear numerosas colonias (I, 13,1). Pero indica que los tiranos sólo se preocupan de su situación personal, de su economía y de su persona (I, 17).

Como todo poder absoluto y unipersonal, la tiranía tiende y facilita todo tipo de excesos; es fácil entender, pues,  la evolución del significado del término que se va cargando de valores negativos hasta el  actual absolutamente peyorativo .

En este sentido es sinónimo o de significado muy próximo a otros términos actuales tales como dictador (en su origen magistratura romana con poderes excepcionales), déspota (palabra griega también que significa amo, dueño, señor y cuyo significado peyorativo es relativamente reciente),  sátrapa (jefe de una provincia del imperio persa) (véase  http://www.antiquitatem.com/satrapa-persia-missi-dominici ) , totalitario, autoritario, etc.

Desgraciadamente los ejemplos de tiranías y dictaduras son infinitos a lo largo de la Historia de los hombres, incluido el momento actual, en que sin duda el principal bien y derecho fundamental del hombre, después de la vida, es la libertad.

Tampoco es imposible ni absolutamente raro que en nombre de la “libertad” se establezcan crueles tiranías; es más, todos los tiranos se presentan como libertadores y todavía hoy a veces gozan del apoyo de grandes grupos de “tiranizados”.

Tiranía, lo contrario a libertad

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