Las pruebas olímpicas antiguas tienen una evidente relación con diversas actividades guerreras y militares, pero las Olimpiadas sólo fueron posibles porque los diversos estados griegos, en permanente confrontación, acordaban una temporal tregua de paz.

En el año 864 a.C. tres ciudades-estado griegas firmaron un acuerdo estableciendo una Tregua Sagrada para poder celebrar los Juegos Olímpicos en honor de Zeus de forma pacífica. Sin duda alguna esta tregua hizo posible la celebración de las Olimpiadas durante más de mil años. Todavía hoy, con motivo de las Olimpiadas modernas, se sigue reclamando una tregua similar, aunque sin mucho éxito.

El origen de los juegos atléticos en honor de Zeus en Olimpia es antiquísimo. La tradición mítica adjudica la creación a Heracles o Hércules.

Aunque la primera Olimpiada que se registró oficialmente y dio lugar al comienzo de una era o manera de fechar los acontecimientos, ocurrió en el año 776 a.C., un momento clave tuvo lugar en el año 864 a.C. en que se firmó un tratado entre Ífito por los Eleos, Licurgo por Esparta, y Cleóstenes por Pisa para aprobar la famosa Tregua Sagrada durante tres meses que impedía la guerra y que declaraba inviolable el territorio de Olimpia y garantizaba la seguridad de  los peregrinos y  atletas que acudían a competir  dos meses antes de que empezaran los juegos.

Durante este período nadie podía violar el suelo de la Elide entrando armado en él. La Tregua Sagrada, que proclamaban heraldos por toda Grecia,  hizo posible la continuidad de los juegos con toda regularidad cada cuatro años.

El texto del acuerdo que acordaba la tregua, que  decía: “Olimpia es un lugar sagrado; quien se atreva a pisar este suelo con soldados  armados, será considerado sacrílego”,  fue grabado en un disco de hierro, que Pausanias, el autor antiguo de una famosa guía de visita a Grecia que vivió en el siglo II de Cristo, asegura haber visto en Olimpia.

La tregua fue prácticamente respetada siempre, aunque el gran historiador Tucídides nos cuenta cómo en un momento se prohibió la participación de los espartanos por haber atacado una fortaleza de la Elida durante la tregua; aunque los espartanos argumentaron que, cuando atacaron, la tregua no había sido proclamada todavía, fueron multados con dos minas por soldado, en total dos mil minas. Una mina tenía 100 dracmas; una dracma era el salario medio diario de un trabajador especializado.
Esa violación de la tregua ocurrió en el año 420 a.C. Elis prohibió a Esparta  hacer sacrificios y participar en los juegos  alegando que había penetrado en territorio de la Élide durante la tregua sagrada que las ciudades estado debían respetar. Es probable que la prohibición durase hasta el año 400 a.C.

Como se ve,  ni los juegos olímpicos, sagrados entonces y en honor de Zeus, ni los modernos de carácter  exclusivamente deportivo en apariencia,  estuvieron nunca al margen de la política del momento, pero la “tregua sagrada” fue generalmente respetada en la Antigüedad

Ahora también, en los tiempos modernos, se pretendió desde un principio que los países garantizasen la paz durante la celebración y se suelen hacer llamamientos a la paz mundial con ocasión de los Juegos Olímpicos por parte del Secretario General de la ONU; evidentemente sin mucho éxito. Recordemos cómo en Berlín se celebraron los Juegos Olímpicos del año 1936, en la antesala de la terrible Segunda Guerra Mundial, que produjo unos 60 millones de muertos según los cálculos más admitidos. Nos puede servir también de ilustración el impresionante despliegue del ejército británico para asegurar la celebración pacífica de los Juegos Olímpicos de Londres en el año de 2012. Ahora la amenaza terrible era el terrorismo.

La “Tregua Sagrada” hizo posible la continuidad de las Olimpiadas durante 1.170 años

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