Nos resulta llamativa la imagen frecuente de unas funcionarias (la mayoría son mujeres) del Congreso de los Diputados, afanadas en transcribir en una cinta de papel la intervención oral de los señores diputados. Son las taquígrafas o veloces escribientes (en realidad son estenotipistas, como aclararemos más adelante).

La imagen nos parece un anacronismo (del gr. ἀναχρονισμός, de ανα- , ana– = sobre, contra, y Χρονος, Chronos, tiempo), una situación impropia de nuestra época en que la técnica digital graba con toda facilidad imagen y sonido y hasta convierte en escritura los sonidos de una lengua; las modernas máquinas de taquigrafía superan las doscientas palabras por minuto, que no es poco. En realidad, nos choca el espectáculo del Congreso de los Diputados, porque la taquigrafía prácticamente ha desparecido.

Llamamos taquigrafía al arte, técnica o habilidad de escribir con tal rapidez que se transcriben fielmente las palabras sonoras de una persona hablante. La palabra taquigrafía, como tantas otras técnicas, es griega, de ταχύς, tachis (léase “tajís”, pronto, rápido) y γραφία (grafía, escritura). No es una mera abreviatura o braquigrafía * (del gr. βραχύς, brachis, “breve” y γραφία,  grafía,  “escritura”) porque en la taquigrafía el objetivo no es ganar tiempo o espacio, sino reproducir el lenguaje hablado.* La braquigrafía  es la ciencia que estudia las abreviaturas, que son representaciones reducidas de palabras.

En cambio la estenografía (del griego στενος, stenos, estrecho), γραφειν (grafein,  = escribir) es una palabra con un significado equivalente o muy parecido. En realidad la estenografía transcribe signos y no palabras completas. Pero no debemos confundirla  con la estenotipia (del griego στενος, stenosestrecho y  τύπος, typos, sello, marchamo, molde) que, si bien es muy parecida,  se basa en el uso de una máquina con un reducido número de teclas que pueden ser pulsadas simultáneamente y permite transcribir sílabas y palabras completas con el objetivo también de reproducir el discurso oral de un orador.  Las modernas máquinas de estenotipia son máquinas informáticas que permiten la grabación digital.

No sabemos si el arte de escribir rápido lo utilizaron los griegos los primeros. Se atribuye a Jenofonte un sistema de alguna manera taquigráfico para tomar las notas que luego utilizó en sus Memorabilia, Recuerdos de Sócrates (Απομνημονεύματα; en latín, Memorabilia) para escribir la biografía del filósofo griego. Esto daría un gran valor a esas notas, dado que Sócrates no escribió texto alguno.  

En todo caso los romanos lo utilizaron en la vida forense, en los juicios y discursos, y en la administración, desde el año 63 a.C. según información de Plutarco.

Plut. Cato. Minor. 23.3:

Se dice que éste es el único discurso de Catón que se ha conservado, y su conservación se debe al cónsul Cicerón, que había dado previamente a los empleados que se destacaron en escritura rápida, enseñanza en el uso de signos que, con  figuras pequeñas y cortas comprimía el contenido de muchas letras. Estos empleados se habían  distribuido después en varias partes de la sede del senado. Hasta  ese momento los romanos no habían empleado, ni siquiera poseían, lo que se llama taquígrafos, pero entonces, por primera vez, se nos dice, se dieron los primeros pasos hacia esta  práctica.

Se trata de la famosa conjuración de Catalina, que Cicerón cónsul desbarata.

Precisamente en la Antigüedad son famosas las llamadas “notas tironianas” (notae tironianae) con las que el secretario de Cicerón,  Marco Tulio Tirón, primero esclavo y luego liberto manumitido, transcribía los discursos del orador. Naturalmente, de él  reciben el nombre.  Tirón probablemente era un esclavo de la familia de Cicerón, que le sirvió de secretario, al que manumitió y trató como si de un miembro de la familia se tratase. Este Tirón fue también quien editó numerosos discursos del gran orador. Sus notas, que comento a continuación, se siguieron empleando, con diversas modificaciones, durante toda la Edad Media,  especialmente por los monjes copistas de manuscritos y documentos. De hecho sólo las conocemos por códices y textos medievales, puesto que no tenemos ningún documento original de época romana al respecto.

Dion Casio en su Historia de Roma, 55.7.6 dice a propósito de Mecenas:

El fue el primero que estableció en Roma un lugar para nadar en agua caliente y el primero también que imaginó las “notas” para escribir rápidamente e hizo que su liberto Aquila se las enseñase a otros.

πρῶτός τε κολυμβήθραν θερμοῦ ὕδατος ἐν τῇ πόλει κατεσκεύασε, καὶ πρῶτος σημεῖά τινα γραμμάτων πρὸς τάχος ἐξεῦρε, καὶ αὐτὰ διὰ Ἀκύλου ἀπελευθέρου συχνοὺς ἐξεδίδαξε.

Las notas tironianas  están  formadas de las letras del alfabeto, simplificadas y modificadas  para conseguir una mayor rapidez en su trazado. Tienen dos elementos: un radical o signo principal y una terminación o signo auxiliar que indicaba el tiempo verbal o el caso de los sustantivos y adjetivos.

San Isidoro de Sevilla (Etimologías I, 22 y 23) se refiere a ellas:

(22) Ennio fue el primero que creó mil cien notas vulgares. Se usaban las notas para que los copistas escribieran todo lo que se dijera en la asamblea o en los juicios, asistiendo varios al mismo tiempo, dividiéndose las partes entre sí, y cuantas palabras cada uno y en qué orden debían recogerlas. Tulio Tirón, liberto de Cicerón, fue el primero que en Roma comentó estas notas, pero solamente las de las preposiciones. Después de él, Vipsanio, Filargio y Aquila, liberto de Mecenas, agregaron otras cada uno. Después, Séneca, con el acuerdo de todos, las clasificó y aumentó su número llegando su obra a las cinco mil. Se llaman “notas”  porque anotaban las palabras y las sílabas con caracteres prefijados y las rehacían para conocimiento de los lectores. Quienes las aprendieron fueron llamados ya con toda propiedad “notarios”.

XXII. DE NOTIS VVLGARIBVS. [1] Vulgares notas Ennius primus mille et centum invenit. Notarum usus erat ut, quidquid pro con[ten]tione aut [in] iudiciis diceretur, librarii scriberent conplures simul astantes, divisis inter se partibus, quot quisque verba et quo ordine exciperet. Romae primus Tullius Tiro Ciceronis libertus commentus est notas, sed tantum praepositionum. [2] Post eum Vipsanius, Philargius, et Aquila libertus Maecenatis alius alias addiderunt. Deinde Seneca, contractu omnium digestoque et aucto numero, opus efficit in quinque milia. Notae autem dictae eo, quod verba vel syllabas praefixis characteribus notent et ad notitiam legentium revocent; quas qui didicerunt proprie iam notarii appellantur.

(23)En cambio en los libros de derecho ciertas letras son “notas” de sus palabras para hacer la escritura más rápida y más corta. Por ejemplo, se escribía B y F por “bonum factum”, S y C por “senatus  consultum”,  R y P por “republica”, P y R por “populus romanus”, D y T por “dumtaxat”,  la letra W hacia arriba por “mulier”, la P en su forma por “pupillus” y la P cabeza abajo por “pupilla”, una K por “caput”, dos KK juntas “calumniae causae”, I y E por “iudex esto”, D y M por “dolum malum”. En los libros antiguos encontramos muchísimas notas semejantes de este tipo. Los nuevos emperadores ordenaron abolir en los códices de leyes estas notas de derecho porque con ellas los de mente maliciosa engañaban a los ignorantes y por eso ordenaron que en las leyes se escribieran las letras para que no se origine ningún error, ninguna ambigüedad, y se muestre claramente lo que hay que cumplir y lo que hay que evitar.

XXIII. DE NOTIS IVRIDICIS. [1] Quaedam autem litterae in libris iuris verborum suorum notae sunt, quo scriptio celeris breviorque fiat. Scribebatur enim verbi gratia per B et F "bonum factum" per S et C "senatus consultum" per R et P "respublica" per P et R "populus Romanus" per D et T "dumtaxat" per supinam W litteram "mulier" per P secundum naturam "pupillus" per P verso capite "pupilla" per unum K "caput" per duo KK iuncta "calumniae causa" per I et E "iudex esto" per D et M "dolum malum" [2] Cuius generis plurimas consimiles notas in libris antiquis invenimus. Has iuris notas novicii imperatores a codicibus legum abolendas sanxerunt, quia multos per haec callidi ingenio ignorantes decipiebant, atque ita iusserunt scribendas in legibus litteras, ut nullos errores, nullas ambages afferant, sed sequenda et vitanda aperte demonstrarent.

Las notas tironianas, de las que tenemos el llamado Lexicon Tironianum, de época romana, pero del que sólo tenemos copias a partir de los siglos X,XI, eran unas cuatro mil, pero llegaron a ser más de 14.000 aproximadamente en época medieval.

  

Imagen del comienzo de una edición de las “Notae Senecae”

Forma y figura de algunas notas tironianas

El comentario del signo &, cuyo origen está sin duda en las uniones de letras de las notas tironianas, nos ayuda a comprender  y acercarnos un poco a lo que estas notas han sido. El nombre de este signo en castellano es “et” porque es una forma gráfica alternativa a esta conjunción, de la que deriva nuestra copulativa “y”.  En inglés se llama “ampersand”, de la expresión “and per se and”, que significa “y por sí mismo, y”.

Éstas son diversas formas que van de los siglos II-IV, cursiva romana,  a la minúscula carolingia del IX, y que evidencian el origen de la ligadura “et”:

Otro ejemplo que evidencia cómo la forma enlazada deriva de la itálica “et”:

En textos en español no se utiliza porque no supone ninguna economía respecto de “et”, pero en textos antiguos puede encontrarse la expresión &c. o &cetera como abreviación de &c. o &cetera, et caetera (y lo restante), de donde deriva nuestro etcétera.

No comentamos el amplio uso que en los modernos lenguajes informáticos se hace del signo & = ampersand.

 

 

Tirón, padre de la taquigrafía

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