Urbi et orbi: la ciudad dueña de un Imperio (III)

La expresión “urbi et orbi” tuvo notable éxito por referirse a una “urbe” que se convirtió en la capital del “orbe” y también porque en sí misma la frase encierra un atractivo juego de palabras consistente en relacionar dos palabras de distinto significado pero que tan sólo se diferencian en un fonema o en una letra; es decir, porque “urbi et orbi” es una paronomasia.

Urbi et orbi: la ciudad dueña de un Imperio (I)

Esta expresión latina “urbi et orbi”, que significa “para la ciudad (Roma) y para el mundo”, se aplica hoy en día en sentido literal exclusivamente a las bendiciones que el obispo de Roma, es decir, el Papa, imparte para todos los fieles católicos del mundo concediéndoles indulgencia plenaria y remisión de los pecados. En sentido más amplio se utiliza para referirnos a cualquier tipo de mensaje dirigido de manera general a todos los habitantes de la tierra.

Prodigios, milagros, maravillas, portentos, fenómenos, monstruos y (II)

Entre los prodigios que más impresionan a los romanos, sobresalen sobremanera los rayos que Júpiter maneja con profusión y las constantes apariciones de seres divinos a los humanos envueltos en luces y halos maravillosos. La aparición de alguna diosa a pequeños pastorcillos está ya documentada en un texto egipcio de la época del Imperio Medio, entre el 2.000 y el 1.800 a.C.

Los que…/ las que.. (Qui…Quae..)

Es una cuestión bien evidente y establecida que la mujer en general en el mundo antiguo, en Grecia y en Roma, apenas si juega papel alguno público , social y políticamente, permaneciendo en gran medida invisible, incluso en estancias diferentes dento de la propia casa; así llamamos “gineceo”, γυναικεῖον, a las habitaciones de la casa de uso exclusivo de las mujeres; el “andrón”, Ἀνδρῶν, es la parte de la casa reservada a los hombres.

Los ciudadanos de Capua fueron consultados

Como es bien sabido, los Atenienses inventaron allá por el siglo V a.C. la democracia o sistema político en el que los ciudadanos, el pueblo , el “demos”, elegían a sus gobernantes. Este hecho grandioso cuyo desarrollo más avanzado sólo existe en unos pocos países occidentales actuales, no nos permite desconocer la gran limitación de aquella democracia original: sólo los ciudadanos, una minoría en el conjunto de habitantes de Atenas, tenían esos derechos; ni las mujeres, ni los esclavos, ni los extranjeros podían votar.
Tampoco debemos ignorar la facilidad con la que el pueblo fue “manipulado”, impresionado, para tomar acuerdos perjudiciales incluso contra la propia democracia, cuando surgen los “demagogos” que incluso imponen a “tiranos”.

Ovidio en el Museo del Prado (Ovidio V)

De los tres poetas latinos más famosos de la época de Augusto, Virgilio, Horacio y Ovidio, sin duda el más influyente de todos ellos en la cultura occidental ha sido Ovidio, aunque no sea el mejor valorado por la crítica literaria. La influencia de Ovidio se ha dejado sentir desde la propia Antigüedad, durante la Edad Media y el Renacimiento hasta nuestros días en todas las artes, en las literarias por supuesto, pero también de manera especial en la pintura y hasta en la música. Este es un tema muy atendido por los estudiosos y al que quizás debiera por mi parte dedicar algún amplio comentario en algún momento. Algo de ello he dicho en alguno de los artículos que he publicado al hilo de la celebración del bimilenario de la muerte del poeta.

¿Fue real el exilio de Ovidio o fue una mera ficción literaria? (Ovidio IV)

¿Fue real el exilio que alimenta parte de la poesía de Ovidio o fue tan sólo una ficción poética con la que el creativo poeta nos ha tenido engañados dos mil años?

La cuestión puede parecer una exageración moderna, propia de estudiosos que buscan la notoriedad a cualquier precio. Pero no es así y merece la pena dedicarle algún tiempo a este tema que ya se planteó a principios del siglo XX, y al que desde entonces se han dedicado reflexiones y estudios serios.

Unos contratistas romanos de servicios públicos defraudadores

En la antigua Roma, ya desde época Republicana, se arrendaba a particulares la explotación de los terrenos y recursos del Estado, que eran todos los conquistados por sus legiones, e incluso se constituyeron fuertes sociedades de inversores para ello. Esto generó un espacio de actividad en el que era fácil confundir lo privado con lo público y produjo algunos episodios de corrupción que en alguna medida recuerdan a hechos actuales.

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