Ovidio en el Museo del Prado (Ovidio V)

De los tres poetas latinos más famosos de la época de Augusto, Virgilio, Horacio y Ovidio, sin duda el más influyente de todos ellos en la cultura occidental ha sido Ovidio, aunque no sea el mejor valorado por la crítica literaria. La influencia de Ovidio se ha dejado sentir desde la propia Antigüedad, durante la Edad Media y el Renacimiento hasta nuestros días en todas las artes, en las literarias por supuesto, pero también de manera especial en la pintura y hasta en la música. Este es un tema muy atendido por los estudiosos y al que quizás debiera por mi parte dedicar algún amplio comentario en algún momento. Algo de ello he dicho en alguno de los artículos que he publicado al hilo de la celebración del bimilenario de la muerte del poeta.

Corona de laurel

Las hojas de laurel coronan a los mejores poetas y también a los más aguerridos soldados. Es verdad que “las armas y las letras” con alguna frecuencia van unidas, pero no deja de ser curioso que el mismo elemento decorativo y simbólico que premia a la inteligencia y el arte sirva también de reconocimiento al valor y arrojo militar. El laurel tiene además otros valores que conviene conocer, pero ¿por qué?

Ecfrasis, Écfrasis, Ékfrasis. Ut pictura poesis (Horacio): La poesía es como la pintura

“Ecfrasis” es una palabra griega: ἔκφρασιϛ,( ek y phrasis, ‘fuera’ y ‘hablar’) ,(procedente a su vez del verbo ἐκφράζο, ekphraso, de ek,fuera, y phraso, explicar con signos y palabras) que significa, pues, “exposición en detalle, explicación, descripción desde fuera o desde el principio o hasta el final”, hacer inteligible, descubir, destapar, hacer ver….

El rapto de Hylas representado en un mosaico de Itálica muy peculiar

En la mitología griega son muy frecuentes los casos en que dioses poderosos se enamoran de bellas mortales y procrean con ellas héroes, en su mitad inmortales y en su mitad mortales. También las diosas se enamoran a veces de hombres, que son mortales. Así por ejemplo Venus es la madre de Eneas, habido del mortal Anquises, de quien desciende la estirpe de los julios (Julio César, Augusto, etc.).

La guerra lo destruye todo, incluida la cultura y el arte

La guerra consiste en el dominio del adversario mediante la destrucción, en primer lugar de las personas, a las que mata sin piedad, y luego de todo lo que se pone (aunque no se oponga) a su paso. Las pérdidas más valiosas son las de las personas, naturalmente. Luego una pérdida irreparable es la del arte y de la cultura a veces acumulada durante siglos y milenios, que algunos “guerreros” califican eufemísticamente de “daños colaterales”.

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