Jesucristo nació en tiempos del emperador Augusto y con él la Iglesia Católica. Es mucho lo que el Cristianismo debe al mundo grecolatino.

Sobre una amplia base judía fundamentada en los libros sagrados  de la Biblia, un judío que se expresa en griego, Pablo de Tarso, difunde entre los griegos y los gentiles (los no judíos) el mensaje de otro judío,Jesús, al que sus seguidores consideran el Mesías largamente esperado. Ese mensaje, en latín o griego, utilizando las estructuras  culturales, sociales , institucionales  y administrativas de Roma llega hasta los últimos confines del imperio Romano  y en apenas trescientos años se convierte en religión  universal y casi única .

En otra ocasión comentaremos la importancia de las creencias, doctrinas, filosofía y religión grecorromanas en la creación y desarrollo del Cristianismo. Hoy comentaré tan sólo algunos términos lingüísticos de actualidad, no exentos de cierta curiosidad.

Tras la muerte de Jesús en la cruz, sus discípulos marchan a diversos destinos como apóstoles (del griego Απόστολος, “enviado”) a predicar la buena nueva (del griego εὐ, eu, «bien, bueno» y αγγέλιον, angelion, «mensaje, nueva”.

La Cristiandad se organiza administrativamente en diócesis  (en latín dioecesis, del griego διοίκησις, “administración”) nombre de las unidades administrativas del Imperio  primero para la recaudación de impuestos y luego divisiones territoriales de la provincia. Al frente de cada diócesis hay un obispo, en latín “episcopus”, (del griego ἐπίσκοπος episkopos) literalmente supervisor, vigilante (de ἐπί, epi, sobre; y σκοπἐω, skopeo, mirar o vigilar),

El obispo de Roma es la máxima autoridad de la Iglesia; se le llama “Papa Urbis Romae, Papa de la ciudad de Roma”, (del latín  “papa o papas = padre”  y éste  procedente del griego πάππας (páppas), "papá), título honorífico que se daba a los obispos.

Tras la insólita (por desacostumbrada, que es lo que significa etimológicamente la palabra “insólita”) renuncia del papa Benedicto XVI, se celebra un conclave o reunión de cardenales “bajo llave” para elegir uno nuevo. Eso es precisamente lo que significa etimológicamente la palabra “conclave”,  del latín “cum clave  (clavis)= con llave”.

Si alguien pensara que la reunión bajo llave es para evitar que personas ajenas al colegio cardenalicio entraran e intervinieran en tan importante reunión se equivocaría.  En realidad los “conclaves” comenzaron en el siglo XIII después de que en varias ocasiones las autoridades, hartas de esperar la elección de un nuevo papa, que no se producía, decidieron encerrar a los cardenales electores . La más célebre ocasión tuvo lugar en el año 1268 en que se eligió al papa Clemente IV, una vez que los electores encerrados “cum clave” sólo recibieran  pan y agua como alimento para precipitar su decisión.

Al Papa u obispo de Roma también se le llama “pontífice”, (del latín pontifex, -ficis, palabra compuesta  de pons , puente,  y del verbo facere  que significa hacer) y por tanto pontífice es el que hace puentes.

El Pontifex Maximus , presidente del colegio de pontífices, es la  máxima autoridad religiosa romana, encargado entre otras cosas de la conservación del  primer puente de Roma, el pons sublicius, puente de madera sobre estacas sobre el río Tiber a su paso por Roma, construido exclusivamente de madera y con instrumentos de madera y no de metal.

Este tabú ancestral evidencia su carácter sagrado y la dificultad e importancia que para los antiguos debió tener la construcción de un puente o el respeto que les inspiraban los ríos, considerados en cierto sentido divinidades. Aunque luego la construcción de puentes fue tarea más fácil y a los propios romanos se les deben millares de puentes por todo el imperio, al sacerdote más importante de la religión, entonces como hoy se le llama “pontífice

La palabra colegio deriva de la latina “collegium” que significa corporación, grupo, conjunto de colegas . Por ello se reúne el llamado “colegio cardenalicio”. Los cardenales son los príncipes de la Iglesia y por tanto ejes importantísimos de su administración. La palabra deriva de “cardo,-dinis”   que significa bisagra, quicio, gozne de la puerta, polo, punto cardinal, línea que demarca el espacio para la toma de los auspicios o señales enviadas por los dioses;  también designaba a una de las dos vías o calles más importantes de una ciudad o urbe que se cortaban perpendicularmente: el decumanus  que iba de este a oeste y el cardo que discurría de norte a sur.  Precisamente de ello deriva la expresión “puntos cardinales” para indicar el norte, sur, este, oeste. Los cardenales son pues los goznes y puntos esenciales de la Iglesia.

Por cierto, que la palabra Iglesia procede de la palabra griega ἐκκλησία ( ekklēsía) , en latín ecclesia, que significa “asamblea” o reunión de ciudadanos.

Los cardenales  cubren su cabeza con el llamado “solideo” palabra compuesta de dos latinas (solo deo = a dios solo), que no es sino un gorro o casquete que cubre la coronilla o tonsura (coronilla afeitada) o parte superior de la cabeza. Los cardenales, de acuerdo con la etimología, sólo deberían retirar el solideo ante Dios, pero también lo hacen ante el Papa en señal de respeto.  Generalmente en todas las religiones los sacerdotes y fieles se  cubren o descubren la cabeza de forma ritual. El color de este solideo cardenalicio es  rojo púrpura, color reservado en la antigüedad a los reyes, príncipes y máximas autoridades. El solideo del Papa es de color blanco. El objeto más parecido y del cual quizás provenga es la kipá judía, palabra que significa “cúpula”, si bien ésta es de color negro  y su uso es obligatorio en todo espacio sagrado, a diferencia del uso del solideo.

También el calzado es especial y se llama “cáligas”,  sandalias, en latín calligae, nombre del  calzado ordinario de los legionarios romanos, si bien las de los papas, cardenales y obispos van bordadas en rica seda. Recordemos la famosa película  del año 1968 “Las sandalias del pescador”, basada en la novela  homónima de Morris West,   en la que el actor Anthony Quinn interpreta el papel de un obispo ucraniano prisionero en una prisión soviética que es elegido Papa.

La elección del nuevo papa o pontífice se realiza en la capilla Sixtina (nombre derivado de Sixto IV, el papa que ordenó su construcción), uno de los recintos más hermosos al lado de  la basílica de San Pedro, en el Vaticano, cuya bóveda decorada al fresco por Miguel Angel representa el Juicio Final, considerada la mejor obra del artista.

La palabra basílica deriva de la latina basilica y ésta de la griega βασιλικὴ (real, propio del rey) y esta a su vez de de la griega βασιλεύς, basileus, (rey).  Si en principio significó el palacio del rey, la palabra parece haber sido tomada de la expresión helenística  βασιλικὴ  στοά, basiliké stoa,  ( pórtico real),  y es un edificio público usado como palacio de justicia, mercado, oficina de cambios y centro cívico social.  La planta de las basílicas solía ser alargada y rectangular y tenía varias galerías superiores en los laterales. Esta misma forma adoptaron los templos cristianos y con el tiempo el término designa exclusivamente a templos especialmente grandiosos, generalmente alargados y algunos de los cuales también conservan sus galerías aunque escasamente funcionales.

Roma es conocida como “la ciudad de las siete colinas”: la del Aventino, Capitolino, Celio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Pero había más promontorios en la zona, como el Janículo, el Pincio o el Vaticano , en el Trastevere, al otro lado del río Tíber, fuera de los límites de la ciudad. 

El nombre “mons vaticanus” hace referencia a lugar de los “vaticinios”, oráculos o profecías (señales que los dioses envían a los mortales), pudiendo significar algo así como “monte de los vaticinios o de las profecías”. En el Vaticano se encuentra también, según la tradición cristiana, la tumba de San Pedro, el apóstol al que Jesús declaró fundamento y base de su iglesia, que fue obispo de Roma y, en calidad de tal, papa y pontífice de toda la cristiandad. En el siglo IV el emperador Constantino manda construir la antigua basílica de San Pedro. La actual, el templo más grandioso de la Cristiandad, mandó construirla el Papa Julio II a partir del año 1506.

Hoy el Vaticano es una ciudad-estado  muy pequeño  de menos de  medio kilómetro cuadrado, resultado de los acuerdos de Letrán de 1929.

Por todo ello, cuando un papa o pontífice muere o cesa voluntariamente en su función (apenas ha habido dos casos en toda la Historia, uno precisamente ahora), los cardenales o príncipes de la Iglesia se reúnen en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.  El color del humo de una estufa en la que se queman las papeletas de votación informa a la Cristiandad del resultado: si el humo es negro, es decir, la fumata (del latín  fumushumo) es negra debido a la combustión de las papeletas con paja húmeda, todavía no ha sido elegido el sucesor; si el humo es blanco (fumata blanca) un nuevo papa o pontífice ha sido elegido.

Finalmente, el cardenal protodiacono (del latín  protodiacŏnus, y este del griego πρῶτος, primero, principal y  διάκονος, servidor, ministro) anuncia a la Cristiandad, bajo la fórmula  Urbi et Orbi (a la ciudad –Roma- y al mundo), en la lengua oficial del Vaticano, el latín, la elección con estas palabras, ya rituales:

Annuntio vobis gaudium magnum;
Habemus Papam:
Eminentissimum ac reverendissimum Dominum,
Dominum …,
Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem….,
Qui sibi nomen imposuit ….

Os anuncio un gran gozo:
Tenemos Papa:
El eminentísimo y reverendísimo Señor,
Don …
Cardenal de la Santa Iglesia Romana ….,
Que se ha impuesto el nombre de …
.

Habemus Papam

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