Una de las mayores aportaciones de Roma a la civilización occidental fue la urbanización del territorio que fue conquistando con sus legiones. Roma construyó ciudades (urbs) e implantó un moderno sistema de vida ciudadano (civitas).

En esa cultura era fundamental el agua, que utilizan con profusión. Tan necesaria era que a veces la transportan desde manantiales a decenas de kilómetros por acueductos y tuberías que nos siguen causando impresión.

En la ciudad construida hay varios elementos esenciales: el foro o plaza, los templos, los edificios civiles de la administración como la basílica, y por supuesto las termas o baños o complejo deportivo y cultural amplio en el que junto a varias piscinas para satisfacer el deseo de placer del ciudadano hay también un gimnasio en el que entrenar y mantener en forma el cuerpo.

Nota: “termas” significa “agua caliente”, del griego θερμός , thermos = caliente, nombre que también aplicamos al recipiente culinario que mantiene los alimentos, especialmente las bebidas,  calientes. “Baño” deriva de la latina balneum o balineum, que a su vez viene de la griega βαλανεῖον. El término primitivo latino para “baño” con el sentido de “excusado o retrete” era lavatrina, de donde nuestro “letrina”. "Piscina", naturalmente, deriva de la latina "piscis", que significa "pez", animal que de ordinario está en el agua.

En todo ello fue fundamental la experiencia griega, que llevaba varios siglos de adelanto al inicialmente rudo romano. El arquitecto romano Vitruvio expone ampliamente en su obra De Architectura las condiciones de los edificios urbanos en su libro V especialmente.

Nota curiosa: “gimnasio” es originariamente una palabra griega gymnasion, cedida al latín como “gimnasium. Procede de gymnos (γυμνός), que significa “desnudo”  y hace referencia a la costumbre de entrenarse físicamente y realizar los diversos entrenamientos deportivos desnudos de todo vestido. El que se entrena o practica el ejercicio del gimnasio es el “gimnasta”. De paso diré que esta desnudez permitía ungir o untar el cuerpo con tonificante aceite. Ese aceite, mezclado con el sudor natural y el polvo pegajoso del entrenamiento había luego de ser retirado con un rascador que en latín se llama “strigilis”. Recordemos la famosa estatua griega de Lisipo, el Apoxiomenos, en la que un atleta se está retirando el sudor utilizando el citado instrumento. Véase http://www.antiquitatem.com/adriano-termas-estrigil-lisipo-apoxiomen

Como decía, las relajadas costumbres orientales y griegas pronto se asentaron en la Roma poderosa y fueron creándose termas y gimnasios cada vez más grandiosos. Vitruvio dedica todo el capítulo 9 del libro V de su obra De architectura a la construcción de estos edificios.

Vitruvio 5.9.9  

Como quiera que me parece que ya he expuesto todas estas cosas con suficiente detalle, ahora seguiré con las características de la disposición de los baños.

Quoniam haec nobis satis videntur esse exposita, nunc insequentur balinearum dispositionum demonstrationes.

Y  sigue especificando las condiciones en todo el capitulo 10.

El primer complejo deportivo-cultural de estas características de grandes proporciones construido en Roma fue el que mandó hacer el emperador Nerón y que se inauguró el año 61.

La construcción de estas termas y gimnasio la cuentan todos los historiadores de la época, reflejando su grandiosidad, que también impresionó a toda la sociedad. Marcial, que nació en Bilbilis, la actual Calatayud, en el año 40 y se marchó a Roma alrededor del año 64, para volver a su ciudad natal 34 años después, en donde murió 6 años más tarde) utiliza la referencia como tópico sinónimo de grandioso, como veremos a continuación.

Leamos primero los textos que nos dan cuenta del evento pertenecientes a Tácito, Suetonio y Dion Casio.

Tácito, XIV, 47

Aquel año fue inaugurado un gimnasio por Nerón y ofreció el aceite a los caballeros y a los senadores según la costumbre griega.

gymnasium eo anno dedicatum a Nerone praebitumque oleum equiti ac senatui Graeca facilitate.

Suetonio, Nerón XII,3

Implantó por primera vez en Roma un concurso quinquenal, triple según la costumbre griega; musical, gimnástico e hípico, al que dio el nombre de Neroniano. Después de inaugurar termas y un gimnasio, ofreció aceite incluso a los senadores y a los caballeros. Hizo presidir este concurso por exconsules, escogidos a suerte, ocupando el lugar de los pretores. Seguidamente bajo a situarse en la orquesta con los senadores. Aceptó la corona de la elocuencia y de la poesía latinas que se habían disputado los ciudadanos m´s honorables y que le cedieron de común acuerdo. Pero cuando los jueces le otorgaron la de los citaristas, se arrodilló y la hizo llevar ante la estatua de Augusto. (Traducción de Francisco Luis Cardona y Juan Alsina. Edit. Bruguera.1970)

Instituit et quinquennale certamen primus omnium Romae more Graeco triplex, musicum gymnicum equestre, quod appellauit Neronia; dedicatisque thermis atque gymnasio senatui quoque et equiti oleum praebuit. magistros toto certamini praeposuit consulares sorte, sede praetorum. deinde in orchestram senatumque descendit et orationis quidem carminisque Latini coronam, de qua honestissimus quisque contenderat, ipsorum consensu concessam sibi recepit, citharae autem a iudicibus ad se delatam adorauit ferrique ad Augusti statuam iussit.

Dión Casio, LXI, 21

Entonces hizo estas cosas para celebrar el corte de su  barba; y para asegurar su continuidad en el poder, creó unos juegos quinquenales que llamó “Neronios” (Neronia). En honor de este evento hizo también construir un gimnasio y en su dedicación ofreció una distribución gratuita de aceite a los senadores y caballeros. Obtuvo, sin que nadie se opusiera, la corona al tocador de lira; todos los demás fueron descalificados, considerando que eran indignos de ser ganadores. E inmediatamente, llevando el uniforme de este grupo entró en el gimnasio para ser considerado como vencedor. Desde ese momento, se le enviaron todas las coronas de todos los concursos de citaristas, como si él fuera el único artista merecedor de la victoria.

Marcial, VII, 34

¿Qué cómo puede ser, Severo, que la peor persona del mundo, Carino, haya
hecho bien ni una sola cosa, preguntas? Te lo diré, pero rápido. ¿Qué peor que Nerón? Qué mejor que las termas neronianas? No falta al momento, ahí lo tienes, alguno de esos malvados que te habla así con su boca avinagrada: “¿Qué prefieres tú a tantos regalos de nuestro dios y señor?” —Prefiero las termas neronianas a los baños de un  maricón
. (Traducción de José Guillén. Ed. Institución Fernando el Católico. Zaragoza)

Quo possit fieri modo, Severe,
Ut vir pessimus omnium Charinus
Unam rem bene fecerit, requiris?
Dicam, sed cito. Quid Nerone peius?
Quid thermis melius Neronianis?
Non deest protinus, ecce, de malignis,
Qui sic rancidulo loquatur ore:
'Quid tu tot domini deique nostri
Praefers muneribus?' Neronianas
Thermas praefero balneis cinaedi.

Pues bien, hay una anécdota de curioso interés en relación con el acto de inauguración de este complejo. Se trata de la aparición en la escena de la inauguración de un famoso filósofo cínico contemporáneo, muy respetado por la intelectualidad del momento por su integridad moral, Demetrio. Este filósofo crítico con el poder, sin pelos en la lengua y con poca prudencia arruinó el acto inaugural pensado para mayor gloria del emperador. El texto, aunque vivo y descriptivo, no deja de ser frío y casi notarial. Es necesario que el lector realice un pequeño esfuerzo de imaginación, a lo que puede ayudar la comparación con eventos contemporáneos actuales pintorescos y grotescos, necesarios también de una voz “cinica” que reduzca el “ego” del gobernante.

Nota: aunque sea bien sabido por la generalidad, permítame el lector informado, que comente que la palabra “ego” no es sino el pronombre personal de primera persona latino, que hemos de traducir por “yo”. De él derivan términos con significado bien evidente a partir de esta etimología, como egoísmo, egoísta, egocéntrico, egocentrismo. Tan conocido es el término que con frecuencia decimos de alguien bien pagado de sí mismo que tiene “un ego muy desarrollado”.

Pues bien Demetrio criticó las famosas Termas que  Nerón inauguró en el año 61 por antihigiénicas y excesivamente caras y despilfarradoras en el mismo acto inaugural. En aquel momento escapó de la ira del Emperador, pero cuando un año más tarde se derrumbaron por efecto de un rayo, las palabras de Demetrio se consideraron la causa del derrumbe y Demetrio fue enviado al exilio por Tigelino, el prefecto del pretorio (el jefe superior de policía y brazo ejecutor) de Nerón.

Pero será mejor que todo ello nos lo cuenten los propios textos antiguos:

Del rayo nos dice Tácito en  Annales XV.22):

Durante el mismo consulado fue golpeado el Gymnasio por un rayo y tirado al suelo; la estatua de Nerón, que en él había quedó fundida en un pedazo amorfo de bronce.

Isdem consulibus gymnasium ictu fulminis conflagravit effigiesque in eo Neronis ad informe aes liquefacta.

Filóstrato, Vida de Apolonio IV 42 (pongamos un poco de imaginación por nuestra parte para colorear el relato):

Dado que Demetrio, que llegó después a Roma con la misma disposición de ánimo hacia él que he dicho en los capítulos acerca de Corinto, elogiaba a Apolonio,mientras que arremetía contra Nerón, ello provocó en este hombre sospechas de una conspiración, y daba la impresión de que aquel había inducido a Demetrio a eso mismo. Mucho más cuando se llevó a término por Nerón el gimnasio más admirable de los de allí, y estaban celebrando el día festivo en él el propio Nerón, el gran senado y el orden ecuestre de Roma, pero presentándose Demetrio en el propio gimnasio, pronunció un discurso contra los que se bañaban, diciendo que se debilitaban y se contaminaban. Así mismo, demostraba que tales cosas constituían un derroche excesivo. Lo libró de morir inmediatamente por ello el hecho de que Nerón cantó aquel día muy bien de voz (cantaba en una taberna construida junto al gimnasio, desnudo, con sólo un ceñidor, como los más desvergonzados de los mozos de taberna). Con todo, no se libró Demetrio del peligro por lo que dijo, pues Tigelino, que tenía la espada de Nerón, lo expulsó de Roma, por haber arruinado la casa de baños con lo que dijo. Asimismo, se puso en secreto tras las huellas de Apolonio,  para cuando también él dijera algo censurable e impurdente. (Traducción de Alberto Bernabé Palares. Edit. Gredos)

Es fácil imaginar la cara que se les pondría a toda la alta sociedad romana, con el emperador Nerón a la cabeza, escuchando al tábano cínico Demetrio (Socrátes, del que aprendió muchas cosas su discípulo Antístenes, fundador de la escuela cínica, se consideraba a sí mismo en la Apología, de Platón,  un tábano, mosca cojonera diríamos hoy en lenguaje más explícito) arruinarles el acto con dos críticas de peso: aquello es un despilfarro y además en los baños públicos lo único que puedes pillar es alguna enfermedad…

Iniciado nuestro proceso imaginativo, podemos suponer que en el acto de inauguración no sólo se “cortó la cinta”, sino que los senadores y el resto de invitados se bañaron y embadurnaron de aceite. Nos da pie a ello la referencia explícita de los autores citados de que Nerón les concedió el aceite, a la manera griega.

Es también motivo de reflexión la actitud del “policía” Tigelino respecto de Apolonio: espiarlo en secreto para pillarlo in fraganti y entonces…. castañazo..

Sin duda alguna, hubiera sido muy oportuna en nuestro tiempo la presencia de algún cínico como Demetrio en la inauguración fantasmagórica de algún aeropuerto sin aviones, autopista sin coches o puente sin río.

                              ……………..

Nota postdata: En primer lugar la palabra “postdata” significa o se refiere a lo “ya ofrecido, ya dado, ya expuesto, nespecialmente la fecha o datación con la que se suele cerrar el documento”, y por eso se  adjetiva así esta nota, porque viene a continuación del texto del artículo.

En segundo lugar con la nota quiero explicar el término “inaugurar”, con el que titulaba el artículo. Los romanos, como otros muchos pueblos y personas, no ejecutaban ninguna acción de importancia ni pública ni privada sin conectar con el sentir de los dioses. Los augures eran los sacerdotes, de origen etrusco, que “auguraban” o escrutaban la voluntad de los dioses o el futuro; el “augurio” favorable, averiguado por diversos caminos, como por ejemplo observar el vuelo de las aves, operación que se llama “auspicio”, de avis, ave, spicere, ver, significaba el acuerdo de los dioses. El augurio favorable era especialmente necesario a la hora de entablar una batalla, no olvidemos que Roma es un grandioso imperio fundamentado en la fuerza de sus legiones.

Quien contó con unos “augurios” especialmente favorables fue el emperador César Octavio porque se le llama “Augusto”, que viene a ser algo así como “el favorecido por los dioses”. Por eso "augustus" en griego se trraduce por ἱερὸν, hieron, sagrado

Nerón inaugura un gran gimnasio y Demetrio le arruina el acto. (Intelectuales frente al poder III)

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