El descanso o breve sueño después de comer es una costumbre muy extendida en España y cada vez más copiada en el extranjero

Hoy en día cualquier persona lleva consigo un reloj o artilugio digital que marca la hora con precisión de segundos e incluso mayor. La puntualidad hoy requerida en la vida normal no es de horas, sino generalmente de minutos o segundos, que se hace coincidir con el paso exacto del sol por determinado meridiano.

En el mundo antiguo en general y en el romano en particular las horas eran menos exactas. Digamos que las cosas ocurrían o “ante meridiem” (antes de mediodía) o “de meridie”  o "post meridiem) (después de mediodía), “mane” (por la mañana), “vespere” (por la tarde),  sin mucha más precisión.

No debían estar los romanos muy interesados en la precisión porque cuando llevan de Sicilia el primer reloj de sol en el año 263 a.C. marcaba erróneamente las horas porque se había construido para una latitud distinta. Tardaron 99 años en corregir el error, cuando en el año 164 construyeron un reloj de sol adaptado a la latitud de Roma.

La clepsidra o reloj de agua griego (horologium ex aqua) no se introdujo hasta finales de la República.

En su momento  se dividía el día o espacio de luz desde el amanecer hasta el atardecer en doce horas y la noche o tiempo de oscuridad en cuatro vigilias.  Dependiendo de la estación del año, la duración de las horas o de las vigilias era más o menos larga y la precisión escasa.

A las horas se les denominaba con el adjetivo latino ordinal. Así se hablaba de prima hora, secunda hora, tertia hora…

Precisamente la sexta hora marcaba el mediodía, momento en el que algunos afortunados echaban una cabezadita o dormían un rato. Entre estos afortunados se encontraba el emperador Augusto, como nos cuenta Suetonio en su Vida de los Doce Césares,  II, 78:

  “Después de la comida del mediodía, vestido y calzado como estaba, con los pies tapados, descansaba un poco cubriéndose los ojos con la mano.
            
  “Post cibum meridianum, ita ut vestitus calciatusque erat, retectis pedibus paulisper conquiescebat opposita ad oculos manu”                   

De esta expresión “sexta hora”  deriva la palabra española “siesta”, que el “Diccionario de la Real Academia Española” define como “Sueño que se toma después de comer”, costumbre muy extendida en España y cada vez más copiada en el extranjero, hasta el punto de que la palabra “siesta” ha sido asumida por los ingleses, que la utilizan con precisión en vez de su “the nap”.
 

La hora de la siesta

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