¿Se puede establecer alguna relación entre Apolonio de Rodas, el literato Giovanni Papini y el cineasta Buñuel? ¿Se inspiró Buñuel en Papini en una famosa secuencia de una famosa película suya? ¿Había leído Papini a Apolonio?

Giovanni Papini (Florencia, 1881-1956),  escritor italiano, primero escéptico y luego católico a ultranza,  desacreditado por su filiación fascista, escribía en 1931 su libro “Gog”, una serie de 70 relatos filosóficosatíricos. Para muchos es su mejor obra. En uno de sus capítulos titulado “A.A. y W.C.”  nos cuenta cómo  sale de un restaurante asqueado por el espectáculo de las bocas masticando los alimentos, lo que considera animalesco y muestra de grosera insensibilidad. Nos dice en ese momento:

Llegará un tiempo en que causará estupefacción nuestra costumbre de comer en compañía -¡al aire libre y en presencia de extraños-, … La necesidad de engullir fragmentos de plantas y de animales para no morir, es una de las peores humillaciones de nuestra vida, uno de los más torpes signos de nuestra subordinación a la tierra y a la muerte. ¡Y en vez de satisfacerla en secreto, la consideramos como una fiesta, hacemos de ella una ceremonia visible, la ofrecemos como espectáculo cotidiano, con la indiferencia de los brutos!

En 1974 el cineasta aragonés e internacional Luis Buñuel rodó la película “El fantasma de la libertad” . En este film hay una escena famosa e inolvidable en la que los protagonistas representan abiertamente lo que generalmente hacemos en privado y en privado lo que generalmente hacemos en común: defecan en común en el salón y comen en privado en un habitáculo para ello. Lo normal se convierte en tabú y lo tabú se convierte en norma, invirtiendo y trastocando la realidad.

¿Se inspira Buñuel en Papini?  Probablemente sí; la película de Buñuel está formada también por una serie de secuencias sin conexión entre ellas, excepto por el tema central de la libertad expresado en el título.

El asunto parecería absolutamente original, pero en esta empresa de justificar el lema de esta página web Nihil novum sub sole no puedo por menos de citar un pasaje del Libro II de El viaje de los Argonautas, de Apolonio de Rodas, (295 a.C.-215 a.C.), escritor helenístico,  bibliotecario de la Biblioteca de Alejandría y educador de Ptolomeo III Evergetes.

En el poema, la única obra de poesía épica griega que conservamos desde Homero hasta la época helenística, se narra el viaje mítico de Jasón y otros héroes griegos  a la Cólquida en el Mar Negro  en busca del “vellocino de oro” (piel de un carnero). Entre los muchos territorios y países que recorren, arriban a uno de interés para esta ocación:

Luego, después de estos, pasaron de largo ente el sagrado monte y la tierra en que, por las montañas, habitan los Mosinecos. Extraña ley y costumbre tienen estos. Todo lo que entre los demás está permitido hacer al aire libre en medio de la población o en el ágora, todo eso lo realizan dentro de sus casas. En cambio todo lo que hacemos en nuestras habitaciones privadas, eso lo hacen de puertas afuera sin vergüenza ninguna, en medio de las calles. Ni siquiera es privado el contacto sexual, sino que como cerdos en el campo, sin cuidarse ni un poco de los presentes, se unen por tierra con las mujeres en trato sexual común” (Viaje de los Argonautas, II, 1015- 1025 (Traducción de Carlos García Gual en la edición para Editora Nacional, Madrid 1975).

¿Habían leído Papini y Buñuel a Apolonio de Rodas? Probablemente sí lo leyeron. En cualquier caso, las fuentes griegas nunca dejarán de sorprendernos.

Apolonio de Rodas, Giovanni Papini, Luis Buñuel

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