La frase española “vista de lince” se aplica a una persona de vista especialmente aguda o de entendimiento especialmente sagaz y perspicaz, es decir, una persona astuta.

Podríamos pensar que el origen de la frase está en los característicos ojos de este animal de la familia de los félidos y por tanto emparentado con los gatos. Tiene el “lince” unos ojos  brillantes  que aparentan tener una gran penetración o capacidad visual.

Y sin embargo ese no es propiamente el origen de la frase, aunque alguna relación hay.

En la mitología griega hay varios personajes que se llaman “Linceo”, en griego Λυγκεὺς (Lynkeus) .  Uno de ellos es hijo de Afareo, rey de Mesenia y hermano de Idas. Los dos hermanos forman parte de la famosa expedición de los Argonautas que al mando de Jasón va en busca del “vellocino de oro”.
Linceo es famoso por su extraordinaria vista. De él dice precisamente Apolonio de Rodas, autor del poema épico “El viaje de los Argonautas”, en el libro I,151-155:

Venían desde Arena los Afaretíadas Linceo y el orgulloso Idas, orgullosos los dos de su gran fortaleza.  Linceo sobresalía sobre todo por su agudísima vista, si es verdad la noticia que decía que el héroe podía ver con toda facilidad incluso debajo de la tierra.

Y para confirmar la afirmación de Apolonio dice el Pseudo Apolodoro en su Biblioteca mitológica III,10,3 :

Afareo y Arene, hija de Oebalus, tuvieron como hijos a  Lynceus,  Idas y Piso, pero en opinión de muchos, se decía que  Idas era hijo de Poseidón.  Lynceus destacó por la  agudeza de su vista, hasta el punto de  que podía  ver las cosas bajo tierra.

Así que la frase española lo que en realidad debía decir es “tiene la vista de Linceo” , pero Linceo es un personaje mitológico poco conocido y el lince  en cambio es un hermoso animal depredador de la familia de los felinos y emparentado con los gatos. Habitan sobre todo en las regiones boreales, si bien existe una especie en España, el lince ibérico, Lynx pardinus,    aunque en peligro de extinción con unos pocos centenares de ejemplares. Hay un importante programa medioambiental que trata de garantizar la supervivencia de este animal. Olvidado o poco conocido el personaje y mítico argonauta y presente en el conocimiento el animal, es fácil entender cómo se produjo la suplantación porque una de dos: o al lince se le llama así por tener vista de Linceo o a Linceo por tener vista de lince.

Porque en todo caso, hay que conocer que la palabra española “lince” proviene del latín lynx y ésta a su vez de la griega λὺγξ. “Lince” y “Linceo” son evidentemente dos palabras de la misma raíz. Así que quien de verdad tenía vista de lince era Linceo.

La raíz indoeuropea *leuk está atestiguada en numerosas lenguas y significa “brillo”. En latín, por ejemplo, “luceo”, aclarar, esclarecer y “lux” “luz”. Así que probablemente se llamó lince a este animal por la brillantez de sus ojos.

Algunos lingüistas relacionan el nombre lynx λὺγξ con el verbo λεύσσω, verbo arcaico utilizado sólo en el lenguaje épico que significa “dirigir la mirada hacia, ver”.  Es posible este parentesco, que aclararía el origen de estos términos.

En cualquier caso lo justo sería hablar de “vista de Linceo”, pero ¿quién es capaz a estas alturas de corregir el uso y costumbre lingüística de decir “vista de lince”?

Nos contentaremos al menos con aconsejar la lectura de la obra de Apolonio de RodasEl viaje de los Argonautas”,  el único poema épico después de Homero hasta la época helenística. Entre otros valores de la obra, nos ayuda a entender cómo de la épica surgió la novela, el género literario hoy de más aceptación.
 

Vista de Linceo

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