Los romanos entraron muy pronto en relación con la cultura griega: los últimos reyes romanos fueron etruscos, pueblo muy influido por la cultura oriental y helena; Sicilia y el sur de Italia fueron pronto colonizadas por los griegos (al sur de Italia se le llama precisamente la Magna Grecia, la Grecia Grande) v. artículo http://www.antiquitatem.com/paestum-templo-patrimonio-humanidad

En su expansión por el Mediterráneo y por Oriente, acabadas las guerras con los cartagineses y ocupada Sicilia a mediados del siglo III a.C., los romanos declaran provincia romana a Grecia en el año  197 a.C. Pero en feliz expresión de Horacio Grecia fue vencida pero los griegos se apropiaron de Roma culturalmente:

"la Grecia conquistada conquisto a su fiero  conquistador e introdujo las artes en el agreste Lacio." ( Epístolas II, 1, 156-157).

            "Graecia capta ferum victorem cepit et artes intulit in agresti Latio."

Y así fue en efecto: la cultura en general, la literatura, la oratoria, la historia, el arte, la religión, las costumbres, la educación…. todo fue influenciado y determinado por los griegos. Los romanos cultos eran bilingües, todo estudiante de familia noble y con recursos pasaba una etapa de su formación en Grecia, griegos eran los pedagogos de los niños romanos, los primeros historiadores y analistas sobre Roma lo hacen en griego y no en latín, etc.

Bien lo reconoce Cicerón es sus Disputas Tusculanas, I,1,3 cuando dice….

Grecia nos superaba en conocimiento y en todo género de letras; era fácil vencer en ello a quienes no contendían. Pues de acuerdo con los eruditos existió entre los griegos el más antiguo género de poetas, y así Homero y Hesíodo existieron antes de que fuera fundada Roma, Arquíloco durante el reinado de Rómulo, y nosotros recibimos la poética bastante más tarde. Casi 510 años después de la fundación de Roma, Livio (Andrónico),  que fue mayor de edad que Plauto y Nevio,representó una fábula, siendo cónsules C. Claudio, hijo del Ciego, y M.Tuditano, un año antes del nacimiento de Ennio.

Doctrina Graecia nos et omni litterarum genere superabat; in quo erat facile vincere non repugnantes. nam cum apud Graecos antiquissimum e doctis genus sit poëtarum, siquidem Homerus fuit et Hesiodus ante Romam conditam, Archilochus regnante Romulo, serius poëticam nos accepimus. annis fere CCCCCX post Romam conditam Livius fabulam dedit C. Claudio, Caeci filio, M. Tuditano cos. anno ante natum Ennium. qui fuit maior natu quam Plautus et Naevius.

Nota: Roma fue fundada en el 753 a.C.; Arquíloco vivió entre el 720 y el 676 a.C.;  Apio Claudio el Censor, llamado el Ciego vivió  entre 340 a. C.-273    ; Ennio escribió los Anales y vivió  del 239 al 169 a.C., Livio Andrónico llegó a Roma como prisionero en 272 a.C.  y tradujo la Odisea al latín. Plauto nació hacia el año 254…. Nevio vivió del 269 al 199.

Es decir, cuando Roma es fundada, en 753 ya recitan los aedos griegos la Iliada y la Odisea; todos los autores clásicos griegos han muerto cuando Roma todavía está en su niñez como ciudad.

Pero,  ¿fue todo tan simple y lineal? ¿desapareció lo romano bajo la cultura griega? Naturalmente, no. Como tantas veces en la Historia, lo autóctono se resiste a desaparecer y con frecuencia permanece en el sustrato bajo la capa innovadora. La religión romana mantiene sobre todo su carácter ritual, las artes en general adquieren un sentido práctico que no tenían en Grecia, la ciencia ayuda a la técnica y sobre todo el Derecho Romano, basado en el sentido común, mantiene su vigor y energía. Y las costumbres siguen siendo peculiarmente romanas.

Hay un autor francés moderno, Pascal Quignard (1948),  que ha publicado un libro interesante  e inquietante “El sexo y el espanto”, un ensayo sobre el erotismo romano, fruto de sus estudios sobre Pompeya, Herculano sepultadas por el Vesubio y su fascinación    por las numerosas piezas arqueológicas de contenido erótico. 

En su prólogo nos resume el contenido y el objeto de su obra: 

“Cuando Augusto reorganiza el mundo romano bajo la forma del imperio, el erotismo jubiloso, antropomorfo y preciso de los griegos se transforma en melancolía espantada”.
La palabra phallus no existe. Los romanos llamaban fascinus lo que los griegos llamaban phallos. En el mundo humano, como en el reino animal, fascinar obliga a aquel que ve a no apartar su mirada. Está inmovilizado en su lugar, sin voluntad, en el espanto.
¿Por qué,  durante tantos años, yo he escrito este libro?  Para afrontar ese misterio: es el placer el que es puritano.
El goce arranca la visión de lo que el deseo solo había comenzado a desvelar.

                                                                            Pascal Quidnard      (Traducción de Silvio Mattoni)

Luego en lo que él llama “Advertencia” nos dice:

Cuando los bordes de la civilizaciones se tocan y se superponen se producen conmociones. Uno de esos sismos ocurrió en Occidente cuando el borde de la civilización griega tocó el borde de la civilización romana y el sistema de sus ritos, cuando la angustia erótica se convirtió en la fascinatio y cuando la risa erótica se convirtió en el sarcasmo del ludibrium.
                                       ……………………
Trato de comprender algo incomprensible: el transporte del erotismo de los griegos a la Roma imperial. Esa mutación no ha sido pensada hasta ahora por una razón que ignoro y por un temor que entiendo. Durante los cincuenta y seis años del reinado de Augusto, que reacondicionó el mundo romano bajo la forma del imperio, tuvo lugar la metamorfosis del erotismo alegre y preciso de los griegos en melancolía espantada. Esa mutación tardó apenas una treintena de años en imponerse (del -18 antes de nuestra era al año 14 de nuestra era) y sin embargo todavía nos rodea y domina nuestras pasiones. El cristianismo sólo fue una con secuencia de esa metamorfosis retomando ese erotismo por así decir en la forma en que lo habían reformulado los funcionarios romanos que el principado de Octavius Augustus suscitó y que el Imperio durante los cuatro siglos siguientes fue llevado a multiplicar en la obsequiosidad.

Así pues, la concepción griega de lo erótico no se impuso en Roma, lo que prevaleció y se procuró mantener y restaurar fue la antigua moral de las matronas romanas. El lujo, el refinamiento, una sexualidad desinhibida en el fondo siempre fueron mal vistas en Roma.

Esa moral y costumbres son las que reforzadas por el Cristianismo se impusieron en Occidente y todavía hoy nos falta cierta alegría de la vida que apreciamos en cambio en otras latitudes, generalmente al Oriente.

Nota: independientemente del “espanto” que Quignard pueda provocar en algunas personas, su lectura, enormemente sugerente, muestra una vez más la importancia y vigencia del estudio de los clásicos en nuestro tiempo.

Graecia capta (por los romanos)

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