La guerra consiste en el dominio del adversario mediante la destrucción, en primer lugar de las personas, a las que mata sin piedad, y luego de todo lo que se pone (aunque no se oponga) a su paso. Las pérdidas más valiosas son las de las personas, naturalmente. Luego una pérdida irreparable es la del arte y de la cultura a veces acumulada durante siglos y milenios, que algunos “guerreros” califican eufemísticamente de “daños colaterales”.

Asistimos en estos días al expolio a que están siendo sometidos territorios arqueológicamente tan ricos como Siria o Iraq aprovechando la violencia de la guerra. Egipto lo viene siendo sistemáticamente desde hace cientos de años. Siempre ha sido igual desde que el “homo necans”, “el hombre que mata” descubrió su capacidad de violencia con los iguales. Todos los fastuosos museos de la culta Europa se han surtido del fruto de la guerra y del expolio colonialista. Esto es bien conocido y bien doloroso.

En la Antigüedad las guerras fueron  tan frecuentes y destructivas como hoy y los ejemplos de destrucción y expolio de obras de arte son bien numerosos. Citaré dos o tres textos que ponen de manifiesto la falta de sensibilidad del “legionario” romano con el arte griego, que es sistemáticamente expoliado.

Tal vez el caso más famoso de destrucción de un bien cultural inmenso sea la adjudicación de la quema del incendio de la Biblioteca de Alejandría al ejército de Julio César en el año 48 o 47  a.C. en la guerra de César con Ptolomeo XIII, hermano de Cleopatra.  En realidad la confusión de los textos y la pervivencia posterior de la Biblioteca no permiten afirmar que fuera quemada y destruida la Biblioteca como tal; parece más bien que el incendio se limitó a los paquetes de rollos de papiro preparados en los muelles del puerto para su exportación, que era parte de la pujanza económica de Alejandría. Véase http://www.antiquitatem.com/incendio-de-la-biblioteca-de-alejandria

Es en cambio muy curioso lo que ocurrió con la conquista de Grecia por los romanos. Corinto  es una de las ciudades antiguas más famosas por su creatividad artística. Sus figuras y objetos de bronce son deseados y demandados en todo el mundo antiguo. Corinto fue conquistada y saqueada por los romanos en el año 146 antes de Cristo. Bien, los textos que reproduzco  a continuación son bien significativos de la valoración de la obra maestra de arte por parte de los profesionales de la milicia y del ejército.

Estrabón, Geografía 8.6.23

Los corintios, cuando se sometieron a Filipo, defendieron su causa con todo celo, y se comportaron por su cuenta siempre con tanto desprecio hacia los romanos que las personas  se atrevieron a tirar la suciedad desde lo alto encima de sus embajadores al pasar por sus casas. Inmediatamente fueron castigados por estas y otras ofensas e insultos. Los romanos enviaron un gran ejército al mando de Lucio Mummio, que arrasó la ciudad, mientras otros generales sometieron el resto del país, Grecia, hasta Macedonia. Sin embargo la mayor parte del territorio de Corinto fue entregada a los Siconios.

Polibio relata  con tristeza lo que ocurrió en la toma de la ciudad, y habla de la indiferencia con que los soldados observaron las obras de arte maestras, y las ofrendas sagradas de los templos de las que la ciudad estaba llena. Él dice, que estuvo presente, y vio en las calles de Corinto pinturas tiradas en el suelo, y soldados jugando a los dados encima de ellas. Entre otras, cita el cuadro de Baco pintado por Aristides (al que se dice que se le aplicaba el dicho “nada como el Baco”), y el de Hércules consumido por la túnica que le regaló Deyanira. Esta última no la he visto yo personalmente, pero sí he visto la pintura de Baco colgada en el templo de Deméter de Roma, una obra de arte realmente hermosa, que hace poco fue consumida por el fuego juntamente con el templo.  El mayor número y desde luego las  más hermosas  de las otras ofrendas que hay en Roma (en los templos) fueron traídas de Corinto. Algunas de ellas están en posesión de las ciudades cercanas a Roma.

Siendo Mummio más valiente y generoso que admirador de las artes, se las ofrecía  sin dudarlo a quienes le  preguntaban por ellas. Lúculo, que construyó el templo de la Buena Fortuna y un pórtico, pidió a Mummio el uso de algunas estatuas, con el pretexto de adornar con ellas el templo con ocasión de su dedicación y prometiendo devolverlas. Sin embargo no las devolvió, sino que las presentó como ofrendas sagradas y le dijo a Mummio que las retirase si quería. Mummio no se quejó por esta conducta, despreocupándose de las estatuas, pero obtuvo más honor que Lúculo, que las había presentado como ofrendas sagradas.

Corinto estuvo mucho tiempo abandonada, hasta que al final fue restaurada  por sus ventajas naturales por el “divus César” (el divino César), que  envió colonos allá, que  en su mayor parte eran los descendientes de hombres libres. Al remover las ruinas, y al abrir en la excavación los sepulcros, aparecieron gran cantidad  de obras de cerámica con figuras pintadas en ellas, y muchas también de metal. Su maestría era admirable, así que todos los sepulcros fueron examinados con el mayor cuidado. Se obtuvo así una gran cantidad de cosas, que pusieron a la venta por su  gran precio, y Roma se llenó de “Necro-Corintios”; con este nombre se conocían los artículos sacados de los sepulcros, sobre todo la cerámica.   Al principio estas últimas se estimaron  tanto como las obras en metal de los artistas de Corinto, pero este afán de poseerlas desapareció pronto, no sólo porque falló la oferta, sino también porque  la mayor parte de ellas no estaban bien ejecutadas.

La ciudad de Corinto fue grande y opulenta en todas las épocas, y produjo un gran número de hombres de estado y de artistas. Aquí, en particular, y en Sición, florecieron la pintura y la escultura y todas las artes de este tipo.

La tierra no era muy fértil; su superficie era irregular y áspero, por lo que todos los escritores describen Corinto llena de escarpados y colinas, y le aplican el dicho:  "Puntillosa   y arrastrada como Corinto”

Notas:
Arístides de Tebas, el pintor de “El Baco” famoso, fue contemporáneo de Alejandro Magno. En una subasta pública del botín de Corinto, el rey Atalo ofreció una cantidad de dinero tan grande por este  “Baco”, que Mummio, que no sabía nada de arte y desconociendo su valor, pensó que el cuadro tenía algún poder mágico que él desconocía, y lo envió a Roma a pesar de las protestas de Atalo. En otro texto de este artículo pongo en evidencia la ignorancia de este rudo Mummio.

– La historia de Hércules y Deyanira es el tema de la tragedia Las Tarquinias de Sófocles.

También nos lo comenta Veleyo Paterculo en su Historia Romana I,13:

Tres años antes de que Cartago fuera destrudia, murió Marco Catón, incansable instigador de su destrucción, durante el consulado de Lucio Censorino y Manio Manilio. El mismo año de la caída de Cartago L. Mumio arrasó Corinto, novecientos cincuenta y dos años después de que fuera fundada por Aletes, hijo de Hípotes. Los dos generales recibieron el honor de unir a su nombre el de la nación que habían vencido: uno fue llamado Africano y el otro Acaico; ningún hombre sin antepasados nobles consiguió un apelativo por su valor antes que Mumio. Tanto las costumbres como los intereses de los dos generales eran muy diferentes; pues Escipión fue un promotor y admirador de las artes liberales y de la cultura en general tan elegante que tuvo a su lado tanto en tiempos de paz como en campaña a Polibio y a Panecio, destacadísimos talentos. En efecto, nadie como este Escipión fue capaz de alternar con mayor elegancia el ocio con sus obligaciones y sirvió a las artes en todo momento, durante la guerra y en la paz, con un esfuerzo constante en la milicia y en las letras, puso a prueba su cuerpo en los peligros y su inteligencia en el saber.

Mumio tenía tan poca cultura que tras la toma de Corinto, cuando ajustaba el precio para que llevaran a Italia las pinturas y los objetos realizados por los mejores artistas, ordenaba que se advirtiera a los adjudicatarios que si dejaban que se perdieran, tendrían que reemplazarlas por otras nuevas. No obstante no creo que dudes, Marco Vinicio, que más le habría servido a la república que se siguiera desconociendo el valor de las obas de arte corintias y no que se supiera demasiado y que aquella falta de comprensión sería más conveniente para el esplendor de la república que este refinamiento nuestro.

Veleyo Paterculo,  Historia Romana I, 13

13  Ante triennium quam Carthago deleretur, M. Cato, perpetuus diruendae eius auctor, L. Censorino M'. Manilio consulibus mortem obiit. Eodem anno, quo Carthago concidit, L.43 Mummius Corinthum post annos nongentos quinquaginta duos, quam ab Alete Hippotis filio erat condita, funditus eruit. 2 Uterque imperator devictae a se gentis nomine honoratus, alter Africanus, alter appellatus est Achaicus; nec quisquam ex novis hominibus prior Mummio cognomen virtute partum vindicavit.
3 Diversi imperatoribus mores, diversa fuere studia: quippe Scipio tam elegans liberalium studiorum omnisque doctrinae et auctor et admirator fuit, ut Polybium Panaetiumque, praecellentes ingenio viros, domi militiaeque secum habuerit. Neque enim quisquam hoc Scipione elegantius intervalla negotiorum otio dispunxit semperque aut belli aut pacis serviit artibus: semper inter arma ac studia versatus aut corpus periculis aut animum disciplinis exercuit. 4 Mummius tam rudis fuit, ut capta Corintho cum maximorum artificum perfectas manibus tabulas ac statuas in Italiam portandas locaret, iuberet praedici conducentibus, si eas perdidissent, novas eos reddituros. p345 Non tamen puto dubites, Vinici, quin magis pro re publica fuerit manere adhuc rudem Corinthiorum intellectum quam in tantum ea intellegi, et quin hac prudentia illa imprudentia decori publico fuerit convenientior.

La consideración final del texto de Veleyo Patérculo se debe al carácter moralizante de su obra, que rechaza el lujo e influjo oriental que se ha impuesto en Roma y tal vez a que pretenda ser un elogio a la política de austeridad de Tiberio.

De este Mumio, tan rudo, que se utilizaba como prototipo en los ejercicios de retórica, nos da también información Plinio en su Historia Natural, XXXV, (8), 24.

(24) VIII. [1] El primero que dio popularidad a las pinturas  extranjeras en Roma, fue L Mummius,  a quien su victoria en Acaya le proporcionó el sobrenombre de “el Acayo”.  En la subasta del botín, el Rey Attalus compró por  600.000 sestercios el cuadro de Arístides del “Padre Liber” (Baco); Mummius, sorprendido por el precio y sospechando que en él se escondía alguna virtud que él no conocía, rompió el trato. A pesar de lo mucho que se quejó Attalo, se colocó el cuadro en el templo de Ceres: creo que fue  la primera pintura extranjera, que se mostró en público en Roma. Veo que luego se colocaron comúnmente en el Foro.

Tabulis autem externis auctoritatem Romae publice fecit primus omnium L. Mummius, cui cognomen Achaici victoria dedit. namque cum in praeda vendenda rex Attalus VI emisset tabulam Aristidis, Liberum patrem, pretium miratus suspicatusque aliquid in ea virtutis, quod ipse nesciret, revocavit tabulam, Attalo multum querente, et in Cereris delubro posuit. quam primam arbitror picturam externam Romae publicatam, deinde video et in foro positas volgo.

Corinto es un famoso centro de arte. De su producción artística son especialmente buscados sus bronces, sus trabajos de orfebrería, los famosos “vasos corintios” (vasos, bandejas, jarras, flores y otros objetos) , que tenían un color y olor característicos que los hacían muy apreciados por los romanos, que los coleccionaban como signo de riqueza.

El liberto y nuevo rico Trimalción, protagonista de gran parte del Satiricón de Petronio, no tiene ningún pudor en dar una versión disparatada del origen de estos famosos vasos, aunque para ello tenga que cometer el mayor anacronismo haciendo coetáneos la caída de Troya y el cartaginés Anibal. Nos lo cuenta Petronio en su Satiricón, 50:

Después de este prodigio toda la servidumbre rompió a aplaudir y gritó:

-¡Viva Gayo!

El cocinero fue honrado con un trago y con una corona de plata; el vaso se lo presentaron en una bandeja de Corinto.   . Agamenón la examinó atentamente muy de cerca, y entonces dijo Trimalción:

-¡Soy el único que tiene verdaderos Corintios!

Esperaba yo que de conformidad con su insolencia anterior dijera que le llevaban la vajilla desde Corinto. Pero él con una salida mejor nos dijo:

-Y quizás quieres saber por qué soy el único en poseer legítimos Corintios; pues porque el broncista a quien se los compro se llama Corinto. Y ¿qué puede ser Corintio sin quien tiene a Corintio? Y no me tengáis por un paleto: ´se pero que muy bien de dónde salieron en su comienzo los bronces de Corinto. Cuando fue tomada Troya 2 , Anibal, tipo taimado y gran lagartón, todas las estatuas de bronce y oro y de plata las amontonó en una hoguera y les prendió fuego; se hicieron una sola masa amalgamada. Y de esta masa cogieron los artesanos e hicieron platos y fuentes y figuritas. Así nacieron los bronces de Corinto, de todos los metales mezclados, ni uno ni otro. Perdóname lo que voy a decir; yo prefiero para mí las cosas de cristal, por lo menos no huelen. Y si no se rompieran, las preferiría al oro; pero la realidad es que andan por el suelo. (Traducción de Manuel C.Díaz y Díaz. Ediciones AlmaMater,1968)

Plausum post hoc automatum familia dedit et "Gaio feliciter!" conclamavit. Nec non . cocus potione honoratus est, etiam argentea corona poculumque in lance accepit Corinthia. Quam cum Agamemnon propius consideraret, ait Trimalchio: "Solus sum qui vera Corinthea habeam." Exspectabam ut pro reliqua insolentia diceret sibi vasa Corintho afferri. Sed ille melius: "Et forsitan, inquit, quaeris quare solus Corinthea vera possideam: quia scilicet aerarius, a quo emo, Corinthus vocatur. Quid est autem Corintheum, nisi quis Corinthum habeat? Et ne me putetis nesapium esse, valde bene scio, unde primum Corinthea nata sint. Cum Ilium captum est, Hannibal, homo vafer et magnus stelio, omnes statuas aeneas et aureas et argenteas in unum rogum congessit et eas incendit; factae sunt in unum aera miscellanea. Ita ex hac massa fabri sustulerunt et fecerunt catilla et paropsides <et> statuncula. Sic Corinthea nata sunt, ex omnibus in unum, nec hoc nec illud. Ignoscetis mihi quod dixero: ego malo mihi vitrea, certe non olunt. Quod si non frangerentur, mallem mihi quam aurum; nunc autem vilia sunt.

Resulta chocante el anacronismo de hacer coetáneos la caída de Troya Anibal, pero no menos chocante es que Isidoro de Sevilla recoja de Petronio esta anécdota, bien es cierto que eliminando el anacronismo,  en sus Orígenes o Etimologías 16, 20,4:

El “bronce de Corinto” es una aleación de todo tipo de metales que el azar mezcló por primera vez durante el incendio de Corinto, cuando la ciudad fue conquistada. En efecto, al apoderarse Aníbal de ella levantó una pira con todas las estatuas de bronce, de oro y de plata, y les prendió fuego: de esta mezcla resultante tomaron material los orfebres y fabricaron bandejas. De esta manera se descubrió el bronce de Corinto, logrado a base de todos y no sólo de este o de aquel metal. Por esto, hasta el día de hoy se conoce como “bronce de Corinto”, o “vasos de Corinto”, el que se obtiene a partir de la misma aleación o de una imitación de ésta.

Corintheum  est commistio ómnium metallroum, quod casus primum miscuit, Corintho, cum caperetur, incensa. Nam dum hanc civitatem Hannibal cepisset, omnes statuas aeneas et aureas et argenteas in unum rogum congessit et eas incendit: ita ex hac commistione fabri sustulerunt et fecerunt parapsides. Sic Corinthea nata sunt ex omnibus in unum, nec hoc nec illud. Unde et usque in hodiernum diem sive ex ipso sive ex imitation eius aes Corintheum vel Corinthea vasa dicuntur.

La guerra lo destruye todo, incluida la cultura y el arte

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