La comedia Las Nubes, de Aristófanes, ridiculiza hasta el extremo la figura de Sócrates, ayudando así a crear un ambiente de hostilidad ante el filósofo íntegro que le llevaría a la condena a muerte.

La comedia no se priva de utilizar los temas y caricaturas que excitan la hilaridad popular, tales como la insistencia en los temas escatológicos y “anales” (referidos al ano o culo), como la explicación de por qué se producen las ventosidades o pedos en opinión del “gran Sócrates”.

Así que en esta ocasión Aristófanes explica graciosamente (al menos  para los espectadores de aquel momento) y gráficamente, cómo la ventosidad es como un trueno, o al contrario, el  trueno es como una ventosidad de las nubes.

Ya nos da un anticipo de explicación de estos temas siempre favorecedores de la risa popular en los  versos 154 y ss. (Las Nubes):

DISCÍPULO: Pues qué dirías, si supieras otro pensamiento de Sócrates.

ESTREPSIADES: ¿Cuál? Cuéntamelo, por favor.

DISCÍPULO: Querefonte le preguntó qué opinaba respecto al canto de los mosquitos: si lo hacían con la boca o con el ano?

ESTREPSIADES: ¿Y qué dijo él respecto del mosquito?

DISCÍPULO: Dijo que el intestino del mosquito es estrecho, y a través de él, delgado como es, el aire avanza con fuerza, derecho hasta el ano y luego el culo, una cavidad cóncava junto al lado de esa estrechez, resuena por la fuerza del aire.

ESTREPSIADES: O sea, que el culo del mosquito es una trompeta. Triplemente feliz él por esa investigación tan a fondo. Seguro que en caso de ser acusado, se libraría en el juicio quien tan profundamente conoce el intestino del mosquito. (Traducción de Luis M. Macía Aparicio. Editorial Gredos)

Más adelante entra a fondo en tan grave cuestión. Después de que Sócrates presenta a Estrepsiades a las Nubes como diosas y soberanas movidas por el Remolino y no por Zeus, como creían el resto de los griegos, dice en los versos 380 y ss.

ESTREPSIADES: ¿El Remolino? De eso no tenía ni idea; ya no es Zeus nuestro soberano, en su lugar reina ahora el Remolino. Pero no me explicas nada concreto sobre el trueno y el retumbar.

SÓCRATES: ¿No me oíste decir que las nubes al caer una sobre otras llenas de agua retumbaban a causa de lo apretadas que están?

ESTREPSIADES: ¿Y qué? ¿Por qué he de creérmelo?

SÓCRATES: Te lo explicaré a partir de ti mismo. ¿Nunca después de haberte atiborrado de sopa en las Panateneas se te ha revuelto el estómago y de pronto se ha puesto a dar sonoros retortijones?

ESTREPSIADES: Sí, por Apolo, y me hacía sufrir mucho. Y los jugos retumbaban como el trueno y hacían un ruido terrible: primero despacio,¡papax,papapax! Y luego, aumentando, ¡papapapax! y al cagar, una retahíla de truenos toda seguida, ¡papapax!, como ellas.

SÓCRATES: Considera tú la pedorrera que armas con un estómago de nada. ¿Cómo no van a dar ellas unos truenos tremendos siendo el aire  inmenso?

ESTREPSIADES:Por esa razón se parecen los nombres trueno y pedo. (ταῦτ᾽ ἄρα καὶ τὠνόματ᾽ ἀλλήλοιν βροντὴ καὶ πορδὴ ὁμοίω).

Nota: en griego trueno se dice βροντὴ, bronté, y pedo πορδὴ, pordé, que tienen algún parecido, que se pierde en la traducción.

Son dos palabras griegas distintas las que han dado etimológicamente el término “escatológico”, que en consecuencia tiene dos acepciones en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua: ἔσχατος, eschatos,  (último, final, postrero) y σκῶρ, σκατός,  skor, skatos, (excrementos, estiercol).

La primera acepción, dice: “1. adj. Perteneciente o relativo a las postrimerías de ultratumba". La segunda dice: “1. adj. Perteneciente o relativo a los excrementos y suciedades”.

En inglés no es posible la confusión puesto que “escatología y escatológico” como referido a las postrimerías se escribe  eschatology mientras que referido a “excrementos” se escribe scatology.
Parece ser que scatology aparece en el siglo XX cuando la psicología y psiquiatría observan cómo algunas personas se excitan sexualmente pronunciando palabras  soeces, sucias o groseras y definen esta dependencia como scatology derivándola del término griego skatos, excremento.

La confusión de dos términos que originariamente nada tienen que ver entre sí se ha producido en castellano por una mala transcripción del fonema griego X, ji, como c,k, y por añadir una e– a la s– líquida inicial de skatos.

Por cierto, existe también para designar los referente a los excrementos el término coprología (en inglés coprology) y similares, derivado de κόπρος copros.

Curiosamente no encuentro esta cita de Aristófanes en la afamada obrita de  Francisco de Quevedo, “Gracias y desgracias del ojo del culo”, en donde cita profusamente al propio Aristófanes y otros muchos autores antiguos.

En cambio sí encuentro la cita en la no menos afamada obrita del Deán de la catedral de Alicante, Don Manuel Martí, “Defensa del pedo”, traducción de la obra original en latín Pro Crepitu Ventris, cuyo título completo dice  Oratio Pro Crepitu Ventris habita ad Patres Crepitantes ab Emanuele Martino Ecclesiae Alonensis Decano, publicado por primera vez en 1737. Había muerto precisamente ese año, aunque la obrita en cuestión la escribió sin duda durante su estancia en Roma, probablemente con el objetivo de impactar con su ingenio a la intelectualidad romana entre la que se movía.

Manuel Martí y Zaragoza nació en Oropesa del Mar, Castellón, 19 de julio de 1663  y murió en Alicante, 21 de abril de 1737). Fue famoso  escritor, helenista, epigrafista, arqueólogo y humanista español. A más de uno causará extrañeza que tan sesudo y serio filólogo (tuvo una interesante actividad como helenista y filólogo) publicara una obrita sobre tema tan “escatológico”.

Pues bien, en la página 95 de la obra Clarorum Valentinorum Petri Joannis Nunnesii, Emanuelis Martini, Gregorii Majansii, Joannis Insulae, Aliorumque Orationes Selectae (Lausannae: Apud Franciscum Grasset & Socios, 1767), en que se incluye este opúsculo, se dice en latín:

Eius idioma sive linguam Patres Crepitantes, omnes audivimus, intellexit nemo. Ubicumque enim terrarum illum audiveris, exótica  dialecto, atque ab hominum captu penitus remota, loquentem admirabere. Sterpsiadem tantummodo Aristophanaeum, quocum ille familiarissime versabatur, ex diuturno frequentissimoque, usu atque colloquio,  vel prorsus intellexisse, vel assequutum pene iudicavero. Ait enim in Nubibus (e):

(e) Et iusculum, uti tonitru, strepit intus: tum fragor editur ingens;
Primo sensim pappax: mox inde infert sonitum papappx.
Et quando caco, tum demum papapappax.

Quae quidem verba non apud fungos aliquos aut bardos Strepsiades protulit, sed coram sapientissimo illo Socrate. Habemus igitur Patres Crepitantes, suam Crepitui dialectum et loquendi normam prorsus inesse; ut falso qui invidiam illi apud omnes constare magnopere student, tam arguti Rei incomptam garrulitatem, torperemque nobis obiiciant. Obblaterent nunc Patres Crepitantes, obganniant qui Crepitus hebitudinem et blaesum obtusumque linguae torporem gravissimis verborum protelis insectantur. Loquitur ille me hercule,immo triplici sermonis dialecto utitur. Nam aliquando pappax, qui adultiore sunt aetate papappx, qui virili papapappax.

(Como buen filólogo el Deán de Alicante transcribe también en griego los versos de Aristófanes)

Su idioma o lenguaje, todos lo oímos y nadie lo entiende: en cualquier clima o país que se le observare, se escuchará con admiración su dialecto exótico inaccesible a la penetración de los hombres. Sólo sí podrá creerse que Estrepsiades el de Aristófanes, su camarada e íntimo amigo, lo conoció a fondo por su mucho trato y familiaridad, y así dice (in Nubibus)

     Cual trueno, el caldo resonar se siente
     en mi buche; se sigue un estallido,
    y en voz baja un papax; luego despedido
    un pappappax ruidoso; y finalmente
    con un pappappappax alborotado,
    hago la caca, y quedo sosegado.

Y esto no se contaba a algunos mentecatos o babiecas, sino al sapientísimo Sócrates en sus mismos bigotes. Tenemos, pues, probado, que no vive sin su lenguaje el señor Pedo, y que faltan a lo cierto los que, queriéndole malquistar con todos, acusan de guirigay y de torpeza a reo tan ingenioso y elocuente. Váyanse pues en hora mala y gruñan cuanto quieran satirizando y maldiciendo al pobre Pedo, notándole de balbuciente y tartamudo. A fe mía que habla, y no como quiera, sino en tres dialectos distintos; ya dice pappax: cuando más adulto pappappax; y en su edad varonil pappappappax.

Estos temas tan “escatológicos” fueron recurrentes en el propio Aristófanes y en otros muchos autores antiguos y modernos.

Por supuesto, el texto de Aristófanes es ampliamente citado en la obra comes de Claude F.X. Mercier, Eloge du pet: dissertation historique, anatomique et philosophique sur son origine, son antiquité, ses vertus, sa figure, les honneurs qu'on lui a rendus chez les peuples anciens et les faceties, auxquelles il a donné lieu (Paris: Favre, 1799), de la que tomo esta ilustración:

Parece como si al hombre adulto le costase romper con esa etapa tan característica del desarrollo infantil en la que el niño descubre y parece regodearse en estos temas “escatológicos” y que Sigmund Freud situó entre los dos y cuatro años de edad. El asunto se merece sin duda un artículo más extenso y ampliamente documentado, que en su momento haré. Mientras tanto afirmaré una vez mas “Nihil novum sub sole”  y reproduciré este grabado de Goya titulado "Sopla".

 

El trueno es el pedo de las nubes

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