Exposición de cadáveres

El ser humano, a diferencia de otros animales, atiende a sus muertos y sus cadáveres. Esto está atestiguado desde el Paleolítico. Las formas y costumbres de los diversos pueblos con las que se refieren al hecho de la muerte y tratan los cadáveres son muchas y variadas. Sin duda estos ritos son fruto del desconcierto que produce la muerte en todos los seres vivos; se pretende la inmortalidad pero el hombre se encuentra con la descomposición del cuerpo. Es necesario, pues, realizar ritos para evitar el proceso de descomposición del cadáver… En expresión de Walter Burkert, el homo sapiens es un homo sepeliens (del latín sepelio,sepultar), un hombre que entierra a sus muertos.

¿Son las columnas de Hércules el signo del dólar?

Poco podía imaginar el mítico héroe Hércules (no llega a la categoría de dios) que sus famosas columnas que representan los dos montes que él colocó al abrir el estrecho que separa el océano Atlántico del mar Mediterráneo (Mare Nostrum = nuestro mar, para los romanos), una en África, otra en Europa, en realidad iban a estar, en efigie naturalmente, en los bolsillos y cuentas bancarias de millones de hombres repartidos por todo el mundo.

Los nombres de los meses son romanos

Entre las muchas cosas que nos han legado los romanos no es la de menor importancia el calendario con el nombre de los meses, los días y las estaciones. Para comprender la lógica y coherencia de los nombres “september =septiembre; october =octubre; november= noviembre y december =diciembre”, que significan etimológicamente “séptimo, octavo, noveno y décimo” hemos de conocer que el primitivo año romano tenía diez meses y comenzaba en marzo.

Con las naves a cuestas

Apolonio de Rodas nos legó el único poema épico griego que se conserva desde Homero hasta la época helenística, “El viaje de los Argonautas”. Han pasado cinco siglos y han cambiado muchas cosas. Si en Homero los dioses se mezclan con los héroes en sus luchas, ahora la empresa es de los hombres aunque los dioses, poderosos, influyen, ayudan pero no se mezclan. En realidad el poema parece más bien una novela y como tal conviene leerla.

Las profundas cuevas sobrecogen y atraen a los hombres devotos

Algunos parajes naturales, sea por su belleza recóndita, por su silencio o por su profundidad que se hunde en las entrañas de la tierra, parecen emanar una fuerte atracción para los seres humanos. Entre estos parajes tienen una especial fuerza las cuevas. No en vano habitó en ellas el hombre durante la larga noche de su infancia como especie.

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