Un día del año 399 a.C. a la caída de la tarde, tras la puesta del sol, apuraba Sócrates, el más sabio y mejor de los hombres, el vaso de cicuta (una planta bien frecuente en nuestro entorno geográfico) que le produciría la muerte, en presencia de sus amigos íntimos que asisten desolados a la entereza moral con que afronta la sentencia. Tenía Sócrates 70 o 71 años. Una sentencia injusta, consecuencia de las infames denuncias oportunistas de tres ciudadanos envidiosos y resentidos con el maestro, formuladas en un ambiente general propicio para ello al que la actitud orgullosa del propio Sócrates contribuyó,acabó con la vida del maestro y le concedió una fama imperecedera que de ninguna forma pudieron sospechar sus coetáneos.
¿Por qué condenaron a Sócrates a la muerte?
La pregunta ha sido muchas veces formulada. Platón en su “Apología o Defensa de Sócrates” y en algunos diálogos y Jenofonte en su “Defensa de Sócrates”, nos dan información suficiente de cómo se fue generando el ambiente negativo para condenar al más sabio y justo de los hombres por la denuncia aparentemente inconsistente de tres compatriotas mediocres y envidiosos.
Y es justamente esta insuficiencia e injusticia la que mantiene siempre vivo el interés por comprender la contradicción de que la primera democracia de la Historia condenara injustamente al más sabio y justo de los hombres, que acepta con entereza la pena de muerte.Ahora bien, como norma general, no puede interpretarse el pasado con los valores sociales del momento actual.
Quinquenal, decimal, duodecimal, vigesimal, sexagesimal
En el año 1956 publicaba Samuel Noah Kramer (1897-1990) su obra “La historia empieza en Sumer”, mundialmente famosa. Ciertamente, muchas cosas comenzaron antes, pero las primeras noticias escritas las encontramos en Sumer y por lo tanto es ahí en donde por primera vez podemos hablar de “Historia”.
Un túnel en Babilonia bajo el río Éufrates
Babilonia, incluso la fonética del nombre, mantiene una gran capacidad de sugerencias, incluso ahora, asolada la zona por guerras y violencia constante en la zona. Así debió ocurrir también en la Antigüedad.
El consuelo venía de Mileto
La ciudad jónica de Mileto, en Asia Menor, contribuyó como ninguna al desarrollo del pensamiento racional griego; también contribuyó notablemente al disfrute sexual de parte de la población griega de todo el Mediterráneo.
Las deudas de los griegos
Hay muchos ciudadanos europeos que se escandalizan ante la pretensión del gobierno y de los propios ciudadanos griegos de que les sea aplicada una “quita” a la enorme deuda contraída en los años precedentes. Hay también otros ciudadanos que analizan el origen de esa deuda, que en buena medida consideran abusiva y se muestran más comprensivos.
La situación actual no es en absoluto comparable con la antigua, pero voy a ofrecer dos series de textos, unos referidos a Solón, que hizo frente con modificaciones legales a la situación insostenible de muchos ciudadanos atenienses allá por el siglo VI a.C., endeudados hasta la esclavitud, y otros textos que desvelan la actitud particular de un individuo, también acogotado por las deudas particulares, que refleja por ejemplo Aristófanes en su comedia Las Nubes.
El trueno es el pedo de las nubes
La comedia Las Nubes, de Aristófanes, ridiculiza hasta el extremo la figura de Sócrates, ayudando así a crear un ambiente de hostilidad ante el filósofo íntegro que le llevaría a la condena a muerte.
La comedia no se priva de utilizar los temas y caricaturas que excitan la hilaridad popular, tales como la insistencia en los temas escatológicos y “anales” (referidos al ano o culo), como la explicación de por qué se producen las ventosidades o pedos en opinión del “gran Sócrates”.
«Ubi bene, ibi patria». Tu patria está en donde te encuentras a gusto
Son muy numerosos los textos clásicos en los que se exalta el patriotismo de los ciudadanos, tanto en Grecia, en donde se sentían muy superiores al resto del mundo, al que llaman “bárbaro” porque no hablan griego sino que balbucean, como en Roma, en donde se sabían también los dominadores del mundo.
Unos discípulos muy crueles
El poeta cristiano Prudencio escribió una serie de himnos en los que canta la muerte de numerosos mártires cristianos. Llamó a su obra “Peristephanon” o “Libro de las coronas”. Prudencio, conocedor de la retórica y literatura latina clásica, intenta integrar la tradición pagana con las ideas cristianas.
Los astrónomos fueron los científicos mejor valorados en la Antigüedad
Los astrónomos, junto con los médicos, fueron sin duda los científicos mejor valorados de la Antigüedad. En buena medida se confunden con los “astrólogos” y los “curanderos”, dos actividades conectadas con la religión y la vida de los templos.